Capítulo 29

EL Exilio

Aquel despertar fue algo confuso para el muchacho, estaba contento por volver a ver a los tutores, pero estaba muy triste por lo sucedido. En un rincón de la enfermería estaba Kevin tendido en la cama, observando como todos sollozaban y Mady entre lágrimas intentaba contarle a Alice lo sucedido. -Tal vez Kevin lo sepa mejor.
Alice se acercó al muchacho que se preparaba para hablar, se sentó en la cama y observó las otras camas de los demás que todavía dormían.
-¿Puedo levantarme?
-Claro que puedes, ven, vamos a desayunar al comedor.
Se levantó lentamente y se percató de las heridas en sus piernas, de los moretones en sus brazos y de los dolores en todo el cuerpo. Alice lo tomó de la mano, no le dijo nada, no lo obligaría a hablar hasta que él quisiera. Bajaron las escaleras, las miradas de los magos eran demasiado notorias, todos mirarían como si fueran bichos raros a los muggles, pues ellos habían protagonizado un horror. Finalmente llegaron al comedor, todos parecían disimular, pero eran muy evidentes las miradas. La mañana parecía estar avanzada, parecía ser las 10 o las 11, o tal vez ya estarían a punto de comer. A un costado, en la mesa muggle estaba Patrick agarrándose la cabeza, Rodolph leyendo un periódico, tal vez era El Profeta y Cecile cabizbaja revolviendo una taza de té, se percataron los 3 de la presencia de Kevin y lo saludaron. En la mesa había una jarra de café y otra de leche, al costado había facturas. Mientras desayunaba comenzaron a hablar.
-Lo que me cuentes lo creeré, sólo ustedes saben lo que pasó.- Dijo Patrick algo apenado. -Les hizo la maldición Imperius, ¿Verdad?
Kevin asintió y contestó con tristeza: -Todo fue culpa mía, sino hubiera dicho nada tal vez no hubieramos armado el cubo embrujado.
-Oh, no, si Polklop estaba dentro del cubo embrujado tarde o temprano saldría, eso era inevitable, sobre todo si los que los cuidan son personas tan inútiles como nosotros. Tutores nos vienen a llamar...- Expresó con desdicha y apoyó sus manos en la mesa con resignación. Los demás apaciguaron el tono de la charla, Cecile lo miró con los ojos llorosos.
-Ha sido una gran desgracia, todo estaba imprevisto para nosotros y planeado para Polklop. Si por lo menos hubieramos salvado a Jeremias ¡Oh, pobre muchacho!- Sollozó Cecile tapandose la cara con el brazo pues largaría más lágrimas.
El muchacho acercó la mirada hacia el diario que tenía Rodolph. -¿Que diario tienes allí?
-El Quisquilloso, el único diario permitido para leer en éstos momentos.
-¿Y que han publicado o que saben de lo que ocurrió?
-Todavía nada, esperarán a que nosotros digamos algo, si es que queremos decirlo, no es obligación.
-¿Y Que ha dicho El Profeta?
-No lo sé, no llegará a éste colegio por que está suspendido por varios meses.
-El Quisquilloso ya no es más un Flash, volvió a su tradicional formato de revista y le incorporaron un periódico que ya sale en forma libre. Por suerte el que edita las notas es un amigo.
-¿Quien es?
-Mike Luayer.
-Se hizo una pausa de entendimiento, y luego volvieron las preguntas, ésta vez por parte de Kevin.¿Que ha pasado, que se comenta en el mundo mágico?
-Que un brujo tenebroso de la edad media regresó, aunque todavía no se sabe dónde está o si vive. El Ministerio de magia se está encargando de investigar todo, se ha reabierto el caso, aunque sólo tú y los muggles saben lo que ocurrió.
-Parece una pesadilla, cada cosa que parezco saber quisiera no saberla, no haberme enterado jamás de éstas cosas.- Rezongó poniendo la pera en sus brazos y luego corriendo las cosas del desayuno y apoyando la cabeza en el espacio de la mesa.
Rodolph se acercó para hablarle en voz baja.-¿Que has sabido de Polklop?- Pausó la conversación y la hizo más clara.
-Mucho, demasiado para sentirme más miserable que todos.
-¿Como ocurrió?
-Pues... vi a Polklop en el bosque negro cuando fui a cumplir el castigo, pero se hizo pasar por el centauro mágico, es decir, apareció ante mi como un fantasma.
-¿Y que te dijo?
-Que el cubo embrujado ya no tenía más poder y que cuando quisiera hablar con él sólo tendría que poner el cubo en mi nuca o en mi frente.
-¡Demonios! ¡Por que no estuvimos allí! Estábamos para ayudarlos, para instruírlos, para acapararlos y aclarar todas sus dudas o inquietudes.
-Cierto.- Añadió Alice con la voz quebrada -Te debemos una disculpa a tí y a todos.- Rompió a llorar y Patrick la abrazó.
-No quiero seguir así.- Repuso el adolescente bajando la cabeza. Rodolph se acercó y le tocó la cabeza en gesto paternal,
Cecile agregó mirándolo y acercándose: -Nos iremos, la directora ya nos autorizó para que nos exiliemos todos.

En la sala común muggle estaban dispuestos, 17 muggles, pues Álvaro y Piter todavía estaban en la enfermería y no se sabía de ellos por el momento. Los adolescentes ya estaban definidos como mugmagos, así mismo seguían considerándose muggles comunes y corrientes que ya no tenían nada que hacer en Hogwarts y que debían prepararse para partir.
-No nos preguntarán nada al respecto, ya saben que las experiencias que vivieron no son para recordarlas.- Comentó con voz clara Rodolph, mientras fumaba de su pipa, cada pitada era nerviosa, conteniendo la tristeza y tratando de no quebrar en llanto ante todos.
-Cuando ocurrieron las tragedias pensamos enseguida en sus familias, en que ya estaban rehenes de la inseguridad pese a los aurores y no dudamos en salir a cuidar cada punto posible de daño, pero hemos cometido una gran equivocación y es por eso que pedimos disculpas ante todos.- Alice juntó las manos en gesto de piedad, se la veía abatida como a los demás. Nadie dijo nada, sólo contemplaban aquel aire de melancolía y tristeza que era ineludible.
Patrick levantó las palabras que parecían heridas de muerte y tejió allí un hilo de esperanza. -Tengo algo más para decirles, el primer pergamino ya ha sido completamente traducido, ha costado mucho pues es una caligrafía muy dificil de descifrar. Hemos entendido algo en él que queríamos contarles: Luego de la historia del cubo embrujado, pudimos saber que el que no tuviera la voluntad de tomar el cubo y unirse a la magia o al poder absoluto no podría tener un alma compatible con la de Polklop. Aquel lado bueno de la magia podría conmbatir y vencer al lado malo e impedirle la entrada.
-Un dia después de que le contamos la historia del cubo embrujado, Polklop fue a buscar a Patrick y éste no estaba dispuesto a ceder y así fue como Polklop no pudo meterse en el cuerpo de Patrick y entonces en su gran disgusto lo quiso matar.
-Polklop nunca tuvo demasiado poder, siempre estuvo débil.- Explicó Rodolph pensativo.
-Pero nosotros unimos las partes del cubo y eso era lo que quería o necesitaba...- Contestó Mady algo confundida y conteniendo unos nervios que eran notorios.
-No importa, el alma es la misma, y no se consigue poder tan facilmente. Los prepararemos psicológicamente y sabrán que hacer, si Polklop, o algún mago tenebroso pretende apoderarse de ustedes.- Concluyó Rodolph y se sentó.
-Ya no necesitarán ir a Hogwarts, serán todos custodiados por magos para que no sufran emboscadas, si es que Polklop todavía vive...- Finalizó Alice algo distraída, como si estuviera pensando en otra cosa.
Patrick se sentó y se volvió a levantar. -Ahora armen sus equipajes, nos encontraremos dentro de media hora aquí, cada tutor irá a una carpa. En cuanto a Piter y a Álvaro, le armaremos el equipaje nosotros, pues ellos en éste momento no pueden mover su cadera, si no me equivoco han perdido la movilidad en sus piernas, ya veremos que hacer, entre tanto tendrán que manejarse en sillas de ruedas.
Todos se levantaron lentamente en una caminata y en un accionar que parecía no tener remedio. Mientras guardaban sus cosas en la habitación los 4 amigos Patrick los contemplaba sentado en la cama.
-¿Como puede ser que todavía tenga magia insconciente? ¿Y como los demás ya no la tienen?- Preguntó Kevin algo confundido, mientras terminaba de guardar los papeles en la mochila.
-No lo se, probablemente tu tengas mas compatibilidad con la magia y dicha magia no ha sido apagada o apaciguada, pero no te preocupes, ya tomaremos cartas en el asunto, estarás a salvo a partir de ahora.
-Polklop dijo que podría meterse en el cuerpo de cualquier muggle.- Afirmó Raper con seguridad, él ya había terminado de armar su equipaje.
-No importa, podrá atraparlo Harry Potter y sus amigos que ya están de regreso, Hogwarts ahora es más seguro que nunca.
-Nos vamos.- Dijo la voz de Rodolph al otro lado de la carpa, Patrick apresuró a los mugmagos y éstos vieron por última vez las carpas, esas cómodas habitaciones, la sala común muggle y el castillo de Hogwarts.

Asi fue como los muggles se despidieron de cada uno de los profesores, de los muchachos de hufflepuf y de la directora. No se quedarían en el gran comedor para explicar qué había sucedido, habían decidido irse con prisa. En aquella última caminata fue a buscar a su querida lechuza y la colocó en la jaula, se la veía inquieta, tal vez percibía aquella desdicha del joven.
-Te escribiré, lo prometo.- Le dijo al pasar Billy a Kevin y lo despidió con un apretón de manos, lo mismo hizo con Raper y con todos los muggles. Se acercaron todos los jugadores de Quiditch de Hufflepuff así como tambien otras personas que no conocían, todos saludaron y dieron fuerza a aquellos jóvenes que habían presenciado una horrible tragedia. Fue realmente muy senzato el gesto de los magos. Se sospechaba que estaban arrepentidos por no haber cuidado tan bien de ellos desde el primer día en Hogwarts, esa sensación de culpabilidad ya no importaba, sólo importaba seguir adelante, seguir con sus vidas..

Viajaron a la estación de Hogsmeade en silencio, caminando, custodiados por algunos profesores, ya no importaba nada sólo volver a ver a sus familias. Trataron con indiferencia a las varitas mágicas, y apresuraron sus sentimientos para despedir al mundo mágico y a su maravilloso tren, pese a que los paisajes de Hogwarts los seguían impresionando. Allí estaba la locomotora de color escarlata, se despidieron de los profesores y rápidamente acomodaron sus equipajes en la parte de adelante de los vagones. Nadie se quedó en los compartimentos, todos se quedaron vagando por los pasillos y en la parte de adelante, donde hacían las reuniones y anuncios. Nadie quería estar solo, se sentaron en canasta y se dirigían caricias, palmaditas y palabras de aliento. Los que más atención recibían eran Piter y Álvaro, dos adolescentes en silla de ruedas, pronto el siguiente tema de charla se hizo tan evidente que los mismos adolescentes se atrevieron a comentarlo: -¿Nos quedaremos así para siempre?
Rodolph se aclaró la voz, ya se sabía que era su tutor, los conocía y sabría que contestarle. -Veanló de ésta manera, podrán reiniciar sus vidas, cuidaremos mucho de ustedes, conozco escuelas, institutos y universidades muggles que tienen el corazón bien abierto. Les juro que toda mi experiencia, estudios y aprendisaje será compartido con ustedes para que sean las personas más completas dentro de los muggles.
Nada podía decirse acerca de éstos dos muchachos, ni el más leve comentario, se sabía que habían recibido parte de la maldición Avada Kedavra y que el aura de su cadera y de sus piernas estaba muerta. No quedaba espacio más que para conmoverse y dar palabras de aliento a éstos dos muchachos que eran los más afectados, sin mencionar al difunto Jeremias. En una mesa reposaba el cubo embrujado, estaba tapado con un manto.
-¿Que inscripciones tiene el cubo embrujado?- Se atrevió a preguntar la pequeña Justine Lurd.
Patrick desenvolvió el cubo y les mostró: -Aquí dice Polklop, y aquí Nivek, supongo que era el nombre del centauro mágico, según las escrituras Nivek era la ciudad donde vivía el centauro mágico y donde se terminó de fabricar el cubo embrujado.
Se sabía que el cubo embrujado viajaría con ellos de regreso, se quedaría con los tutores. Wendy se quedó mirando hacia donde estaba ubicado el cubo emrbrujado y se le ocurrió preguntar: -¿Que hicieron luego de encontrarnos?
-Viajamos con el cubo embrujado a la cueva. El cubo embrujado era un traslador de la cueva al bosque negro. En la cueva encontramos 16 dementores y dos estatuas destruidas, ademaás de inscripciones de una tribu desconocida. Es curioso, pero la cueva no tenía salida, probablemente la erosión y el tiempo que pasó movió las rocas y hundió ésta cueva, aunque es un descubrimiento sin importancia. Supimos que Polklop ya no estaba allí.
-¿Y a ustedes como los atrapó?- Preguntó Raper.
-A nosotros no nos atrapó, es decir, nos obligó a la fuerza a tomar el poder con el lado oscuro, pero no nos prometió nada. Tal vez éramos muy felices como para dejarnos tentar por el poder. Pero tenemos magia y somos compatibles, a nosotros tambien nos quería, por eso nos persiguió todo éste tiempo, pero como ya sabemos varios hechizos le ha sido muy dificil perseguirnos, ademas contamos con la protección de todos los magos de Hogwards. Se que con ustedes tomó otros recaudos, controló sus entornos, se metió en la costumbre de los muggles y sedujo el lado perverso de sus almas.
-Recuerdo que dijo que para poder sostener el poder deberíamos sostener la palabra.- Añadio Mady.
-Es verdad, ¿Y saben que? Hay una manera de bloquear su magia y de que no se vinculen con él. Si es necesario les enseñaremos legirimancia, oclumancia o todo lo que nos han enseñado los magos en clases magistrales, para que no pueda entrar en ustedes.
La pregunta de Wendy generó mucha atención. -¿A donde irán cuando regresemos a nuestras casas?
-Nos iremos, todavía no sabemos el destino.- Contestó con voz seca Cecile.
-Ustedes han sido muy buenos con nosotros.- Expresó Mady entre sollozos.
Los tutores no dijeron nada, sólo asintieron con la cabeza en un gesto de gratitud.
-Oigan, no pueden dejarnos.- Se atrevió a reclamar Raper.
-Oh, no, no haremos eso, estaremos siempre con ustedes, les escribiremos cartas, los iremos a visitar...
En el resto del viaje se quedaron más tranquilos y esperaron, algunos sentados y otros acostados, el regreso. Mientras caía la tarde a Kevin se le ocurrió una cosa mientras daba una vuelta por los pasillos. Fue a buscar su libro de anotaciones que estaba en el bolso, lo sacó junto con una pluma y un tintero. Allí, en companía de todos se sentó y comenzó a escribir:

Las experiencias de mi magia inconciente:

1) En la plaza de mi casa, cuando dos arboles cayeron.

2) En mi casa, cuando derribé aquel espejo en el baño.

3) En la escuela cuando derribé el mastil de la bandera.

4) En la escuela cuando le derribé la repisa de libros encima de Brian.

5) En la Mansión de los Eranson

6) En la sala de Defensas Contra las Artes Oscuras

7) En la biblioteca cuando derribé una estantería cerca de Scorpius Malfoy

8) En la cueva cuando me salvó el centauro mágico.


-¿Que sentido tendrá mi magia inconsciente?.- Se preguntó para si , luego levantó la pregunta y la repitió dirigiendola a los tutores.- Ninguno contestó nada, sólo abrieron los ojos e hicieron una mueca pensativa.
-Seré uno de los hijos del centauro mágico.- Supuso con ironía y con una falsa espectativa.
-Ojala que si y que lo hayas vencido, las leyendas siempre se cumplen, las profecías se dan y las maldiciones tienen un nacimiento, una propagación y un final.- Reflexionó Rodolph mientras prendía su pipa.

(Fin del Capítulo 29)

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