Capítulo 26

El Fantasma del Centauro Mágico

Raper no dudó en ponerse de acuerdo con Kevin y buscar a Maxi, a Sergio y a las chicas para contarles lo que, hasta ese momento, parecía la única verdad con certeza. Por la cabeza de los muchachos no pasaba otra cosa que innumerables incógnitas que los inquietaban y esto generaba que apuraran el paso a cada metro recorrido. No tardaron en localizar a los demás y con movimientos bruscos decirles que los siguieran. En un principio se habían negado, pero los gestos alarmantes y los rostros tensos lograron captar la atención, de esa manera los adolescentes salieron de la sala común muggle y siguieron a los alterados muchachos que parecían no estar en su sano juicio.

A un costado del patio trasero se reunieron en lo que parecía una ronda deforme. Mady, Wendy, Eliana, Lina, Maxi y Sergio los miraban atentamente. Wendy no dudó en romper el hielo, como se venía caracterizando cada vez que se hacía un silencio:
-¿A que demonios nos han traído hasta aquí?
Raper le sonrío unos segundos en gesto de comprensión y enseguida borró la sonrisa y dibujó en su rostro una notoria severidad y preocupación. -Tenemos algo muy importante que contarles.- Los demás asintieron para que comenzaran sin más demoras.
-Casi sin querer, hemos escuchado una conversación de los tutores sobre nosotros, sobre nuestros viajes a París...- Explicó Kevin, se lo notaba muy inquieto, no dejaba de mover sus rodillas en gesto nervioso.
-Ya lo sé, no debimos escuchar una conversación privada, pero justo cuando comenzaron nosotros estábamos allí...- Se excusó Raper algo avergonzado.-Y al escuchar algo que nos llamó la atención no dudamos en pegar las orejas en la puerta... bueno, enseguida lo sabrán...
-¡Pues empieza de una vez! No vine hasta aquí para escuchar un largo sermón o para presenciar una extendida seremonia hasta que se decidan a comentar qué ocurre.- Interrumpió Wendy que parecía haber perdido la pasciencia, el pequeño adolescente tras ese brusco gesto no dudó en contestar:
-Si no quieres oir, o si tienes prisa puedes irte.
Maxi intervino calmando los ánimos. -Se supone que nos reunimos para escuchar algo importante, no para discutir tonterías, ¿No es cierto?
Mady tomó del brazo derecho a Wendy tranquilizándola y sentenció con seriedad: -De acuerdo, ya, empieza de una vez.
-¿Recuerdan su viaje a París? Rodolph ha revisado la base de datos en cada aeropuerto al que habíamos arribado para viajar a Francia y se ha encontrado con que cada uno de los datos personales de los pasajeros han sido alterados...
-¿A que te refieres?- Preguntó Eliana impresionada.
-Cada uno de los viajes nuestros han sido planeados por otras personas que desconocemos. Han invadido el mundo muggle y han hecho que nosotros viajemos a Paris, de esa manera Polklop nos tendría a todos en una misma ciudad para repartirnos los pedazos del cubo embrujado.
Se hizo un silencio y luego Wendy volvió a romper el hielo: -¿De donde han sacado ese disparate?
Kevin se tapó la cara con la mano derecha, intentando contener la furia que le producía la nueva intervención de Wendy. Raper se armó de pasciencia y prosiguió: -Según oímos en la charla, Rodolph ha ido con Alice a los aeropuertos de nuestros países a investigar todo lo ocurrido en los días en que nosotros sufrimos las transformaciones. Además han ido nuevamente a interrogar a todos nuestros familiares sobre los viajes a Paris ¿Y sabes que ha pasado? Todos han contestado que ésos viajes se los habían ganado, que se los habían regalado y que ninguno adquirió ni los pasajes ni la estadía en París.
Mady chistó y todos se quedaron mirándola, pues tenía algo para decir: -Lo sospechaba, desafortunadamente fuí una de las primeras en dudar sobre la condición de los pasajes que se había ganado mi madre y mi padre... pobre de ellos...- Bajó la mirada y pareció entristecerse repentinamente. Wendy, Eliana y Lina la abrazaron muy rápidamente, percibiendo que la muchacha comenzaba a sentirse mal. Levantó su mirada en gesto cariñoso a sus amigas y Raper reanudó la charla.
-He aquí la síntesis, aunque supongo que los tutores tendrán muchos más detalles para contarnos...
Sergio se rascó la barbilla y añadió: -Déjame ver si entendí bien: ¿Nos han estado manipulando magos que desconocemos?
-No precisamente, pero si han trastocado nuestro entorno, mejor dicho han manipulado a todos los muggles de manera que podamos viajar a Paris sin ninguna sospecha, pensando quizás, que ese viaje lo habíamos ganado por buena fortuna.
¡Vaya fortuna entonces...!- Expresó con ironía.
-Sinceramente me estoy cansando de tantas mentiras, tantos entredichos y que no nos hayan contado toda la verdad desde un principio. Ya no se que creer... y tampoco se quién nos asegurará que éste último argumento que nos has contado sea válido.-Rezongó Sergio cabizbajo y señaló a Kevin.
-¡Un momento! He dicho que ésto lo han averiguado ayer.- Se alarmó Raper, afectado por la falta de confianza de su amigo.
-Además no le hubieramos dado tanta trascendencia si no hubieramos escuchado lo último que dijeron Patrick y Rodolph...- Hubo otro gran silencio, Raper no tardó en completar la frase que pareció una sentencia: -¡Nuestros familiares están en peligro!
Todos abrieron los ojos como platos y dijeron de forma desordenada: -¿Pero por que?
Kevin levantó la mano para que hicieran silencio nuevamente: -Si todo este tiempo nuestro entorno ha sido manipulado por seres desconocidos, éstos seres deben haber observado muy bien a cada uno de los integrantes de nuestras familias, estoy seguro de ello...
-Un momento, en ese caso sería razonable agregar que nosotros corremos el mismo peligro que ellos...- Interrumpió Mady.
-Ya no importa eso, se supone que en Hogwarts estamos a salvo, aunque lamentablemente nosotros no podremos hacer nada por ayudar a nuestras familias si es que corren algún tipo de peligro...- Negó a su lado Eliana.
-Es verdad, no deberiamos pensar mas allá de nuestras narices... ya que nuestro lugar por el momento es Hogwarts, aunque no se que sucederá cuando volvamos en las vacaciones, si es que volvemos...- Finalizó Wendy con un deje de tristeza.
Sergio intuyó que la conversación se había tornado melancólica y que la última reflexión los había llevado a un callejón sin salida, entonces intervino: -A propósito ¿Por que no has llamado también a Jeremias y a los demás?.¿Acaso no existen para ustedes?
-Podrán encargarse las chicas de avisarles a sus compañeras de carpa, yo haré lo mismo con los demás, ¿De acuerdo?.- Dijo con apuro Kevin.
-Bien...
-¡Tenemos que ir al comedor! No podemos faltar al almuerzo, menos ahora que están todos los tutores presentes...- Advirtió Eliana con apuro, pero Kevin la interrumpió con brusquedad:
-¡Un momento! Ya termino. - Tragó saliva y comenzó. -Creo que la historia del cubo embrujado no ha sido suficiente y habrá que averiguar de alguna manera más detalles que puedan armar este gran rompecabezas... encima, para peor, nos encontramos con que nuestros familiares están en peligro...
-Déjame ver... No lo sé... Pareciera que cada vez que logramos unir algunas piezas, se nos presentan mil piezas más desordenadas. Es muy dificil de esa manera lograr relacionar los hechos con la realidad, ¿No les parece?- Contestó Sergio muy reflexivo, los demás se le quedaron mirando atónitos.
-Oye, ¡Que estilo amigo! tu deberías ser detective...- Bromeó Eliana guiñándole un ojo, Sergio largó una risita complacido.
Se quedaron sonriendo unos instantes y luego miraron para otro lado, en lo que parecía una larga reflexión, contemplaban los patios, el pie de una montaña, el castillo, hasta que un comentario los sacudió de su ensimismamiento.
-¡Miren la hora que es!.¡Hace 10 minutos que deberíamos estar almorzando con los demás!.¡Los tutores ya se habrán dado cuenta y saldrán a buscarnos!.¿Que hacemos aquí?.¡Vayamos antes de que nos metamos en más problemas!- Wendy salió corriendo del lugar, seguida por Eliana y Lina, Maxi caminó rápido diciendo a regañadientes.
-Ya empezamos de nuevo...
-¿No puede quedarse callada un minuto si quiera?- Preguntó Kevin notablemente irritado. Raper sonrió y negó con la cabeza, mientras golpeaba en el hombro amistosamente a Kevin. Cruzaron a toda marcha la sala de las estatuas que daban directamente al comedor.
-¿Que anduvieron haciendo? Los tutores estaban apunto de levantarse para irlos a buscar....- Interrogó Justine.
-Nos hemos quedado averiguando qué era un BESOAR... en la biblioteca, como no encontrábamos la respuesta nos llenamos de pilas de libros hasta que finalmente la encontramos.- Contestó con sagazidad Mady,
-¿Tan importante era eso?- Interrogó con suspicazia frunciendo el seño.
-Si tonta, es el tema principal de la próxima lección horal en Pociones.- Replicó de manera graciosa Eliana. Se agregó Jenka a la charla comentando:
-¡Pero si todavía no ha avisado que tomará lección oral.
-No importa, siempre es bueno estar adelantado a los hechos.- Contestó Mady muy inteligentemente, de esta manera los demás no hicieron más preguntas aunque continuaron lanzando miradas acosadoras que producían incomodidad. Así terminó el almuerzo.

Aquella tarde lo inquietó una sola idea, tenía la sensación de que había sido observado por mucho tiempo, de que quizás Polklop o alguien conociera de él, conociera de Raper, o de Maxi, más que cualquier otra persona que lo rodeara en esos días. Ese pensamiento lo perturbó toda la tarde y logró darle escalofríos en más de una ocación. ¿Podría el terror no tener límites? Tal vez si. Para cuando se ocultaron todos los rayos del sol su pensamiento lo continuaba perturbando, ¿Podría un mago tenebroso o siniestro saber mucho más de él de lo que sabía Patrick? Éste último pensamiento le quitó el apetito y decidió no comer en la cena. Sintió nauseas y mareos, tal vez los acontecimientos eran demasiado fuertes para él. Solicitó a Patrick quedarse encerrado en su cuarto y éste luego de dudarlo por varios minutos terminó asintiendo, antes de irse vio como los demás ya se iban enterando de la conversación, las miradas cambiantes y desesperadas se mecían por la mesa de los muggles. Eran todos testigos de un terror que día a día parecía crecer. Raper le recordó que después de la cena tendrían que ir a la cabaña de Hagrid a cumplir su castigo. El diario personal fue nuevamente abierto y alcanzó a escribir su máxima pena de esos instantes: "Si por lo menos tuviera una certeza, no dudaría en seguirla hasta descubrir la verdad". "Si tan solo hubiera algo real y que estuviera a mi alcance, haría lo imposible por lograr descifrar ésto, que ya no se si es una vida o un camino de sufrimientos y equivocaciones, tanto de los demás como mías". Un toquecito en la puerta lo asustó:
-Kevin, ya es hora.- La voz de Raper se distinguió entre el silencio, que rápidamente fue roto por los muggles que iban llegando a la sala común. -Ponte un abrigo, ésta noche es muy fría, tal vez ha regresado el invierno... -Sugirió Raper, que parecía sereno y ya no sentía ni furia ni indiferencia con su amigo.
Bajaron las escaleras lentamente con la sensación de que estaban por cumplir con una condena dolorosa, tal vez el escarmiento sería demasiado duro para soportarlo. Eso era de esa manera por que no conocían a Hagrid, un hombre que, pese a su severidad y seriedad, tenía un corazón tierno y honrado. Salieron del castillo con mucho temor de cruzarse algún Slytherin y que nadie pudiera defenderlos. Tenían las manos en el bolsillo, transpiradas a tal punto que las varitas resvalaban de sus manos. Luego de un tenebroso camino en bajada llegaron a la Cabaña de Hagrid, la vista del bosque negro era más aterradora que cualquier otra noche. La puerta se abrió bruscamente antes de que pudieran golpear, y una voz los hizo saltar del susto.
- Ya era hora, pasen, los invito a una taza de té.
Entraron temerosamente a la cabaña y se sentaron en la punta de las sillas.

-Bien, espero que el té los haya reanimado un poco, pues está haciendo mucho frío.- Aseguró Hagrid mientras se frotaba las manos. -Tenemos que ir a buscar el árbol que emana savia de Lúcuma, el problema es que para abrir la corteza tiene que ser media noche y dar un chispazo certero con la varita. Verán, a la media noche es cuando más se debilita ésta corteza y se puede penetrar en ella, de día los rayos del sol y la fotosíntesis cubren la corteza y por más que matemos al árbol, no largará éste liquido y tampoco no podremos traspasar la corteza. Toda criatura protege su bien más preciado hasta morir. Pero no teman, podremos lograrlo.- Los muchachos se miraron extrañados sin entender demasiado las palabras de Hagrid, éste se dio cuenta y largó un suspiro fastidioso, a pesar de eso continuó: -El liquido gelatinoso, llamado Savia de Lúcuma, es un potente pegamento que se endurece con la luz del sol, por eso a la estatua la restauraremos apenas tengamos en nuestras manos el jugo.

Luego de unos minutos de recorrer con las miradas el lugar, los puso en alerta un nuevo mensaje de Hagrid: -Bien, ya es la medianoche, salgamos que el tiempo es oro.

Se levantaron de un salto y salieron rápidamente tras Hagrid que parecía algo apresurado y llevaba una lámpara de aceite muy limonosa, tanto que no necesitaron hacer luz con sus varitas. Sin embargo cuando Kevin sacó la barita de su bolsillo Hagrid le advirtió: -Cuando menos luz y ruido haya mejor.

Así comenzó la caminata por el Bosque Negro, una caminata algo ténue, metiéndose de a poco en la espesura de los árboles y procurando no hacer ni el menor ruido. El objetivo por el momento parecía simple, seguir al guardabosques que de seguro conocía muy bien el camino, se oía el cantar de grillos y de otros bichos que no reconocían. Uno de esos cantos era muy particular pues largaba un chirrido y luego un sonido muy grave, cuando Raper estaba por preguntar de qué insecto se trataba recordó que debía conservar el silencio. Caminaron rápidamente durante un pequeño rato, pero no tenían noción de la distancia ni del tiempo pues nadie llevaba consigo un reloj. El tiempo parecía no importar, ya que veían constantes cambios en la espesura de los arbustos, encontraban claros en el camino y hasta se dieron el lujo de caminar por un pequeño sendero de principio a fin, en ese fin se encontraba un árbol muy alto. Era como si ese camino terminara en un paredón, ya que el tronco del arbol era muy grueso y alto, en las alturas se observaban hojas gigantes.
-Bien, vamos a hacerlo rápido. El hechizo es muy sensillo, hacer chispas de fuego con la varita, son de color naranja oscuro, casi rojo. - Se dio vuelta el guardabosques en un segundo y los notó preparados empuñando su varita. -¡Adelante! uno a la vez.
Raper agitó su varita, pero nada pasó, nada salía de su varita. Kevin agitó su varita, pero tampoco pasaba nada, ésto los desconcertó, pues habían escuchado en clase de Encantamientos que el primer hechizo que aprendía todo mago era hacer chispas con la varita además del conocido "Wingardum Leviosa".
-El árbol tiene propiedades mágicas que ustedes no conocen, no podrán lanzarle cualquier chispa ordinaria como las chispas rojas, pués él inhibirá a a varita, esa es su máxima protección. Deben concentrarse y enfocar el objetivo, sólo así lo lograrán.
Continuaron intentándolo por unas minutos.
-Tienen que visualizar en su mente una llamarada de color narajana, enfocarla en la varita y lanzar el hechizo.- El tiempo pasaba y los adolescentes comenzaban a sentirse frustrados, la paciencia de Hagrid se iba perdiendo poco a poco.- Tienen que poner actitud, enfoque, determinación, ¡Concéntrense!.
En un último intento Kevin agitó la varita, pero nada pasó y bajó la cabeza, resignado. Raper apretó los dientes, dio un insultó al aire y agitó con odio su varita. De ella salieron débiles chispasos naranjas efectuados hacia cualquier lado, como si en la punta de la varita se concentraran los chispazos.
- ¡Eso es! ¡Ya ha tomado temperatura la varita, larga los chispazos antes de que se apague!
En un brusco movimiento volvió a agitar la varita y chispasos salieron efectuados hacia cualquier lado, menos hacia el arbol, cada vez eran más fuertes los chispazos que parecían salir de a mil, tomó carrera y apuntó con precisión al árbol diciendo en voz alta: -¡Chispas de fuego! - Y así salió un rayo de color naranja que dio de lleno en la corteza del extraño árbol, pero el movimiento fue tan brusco que de varita empezaron a salir mas y más chispas...
-Pronuncia finite incantatem. - Sugirió en voz baja Hagrid mientras Kevin miraba atónito el suceso.
La varita empezó a largar cada vez más chispas naranjas hacia todos lados produciendo un gran escándalo e iluminando siniestramente la espesura de los árboles. Raper parecía haber perdido el control de la varita y comenzó a alterarse. Hagrid se alarmó e intervino en ese mismo instante diciendo cada vez más fuerte:
-Pronuncia finite incantatem. ¡Pronuncialo! ¡Hazlo! ¡Ahora! ¿Que no me entiendes? ¡Finitem Incantatem! ¡Ya!
-¡Finite Incantatem!- Un pequeño agujero de oscuridad se apoderó de la varita y ésta largó su última chispa. Una última chispa muy grande que dio en una figura irreconocible para ambos, para desgracia de todos, esa figura empezó a moverse hacia ellos.
-¡Rayos! Le has dado a una araña! ¡Huyamos!- Gritó Hagrid. Salieron corriendo tras de el cuando la figura empezó a acercarse hacia ellos. Mientras corrían Hagrid apuntó con su lámpara de aceite hacia la derecha. -Conozco una pequeña cueva en la parte Norte de aquí donde se nos facilitará volver...
En ese mismo instante Kevin no miró una gran raíz de un arbol y se tropezó, mientras Raper y Hagrid continuaban corriendo sin percatarse de su detenimiento. En un demente impulso rápido, Kevin se escondió detrás es una gran enrredadera y vio como la araña pasó de largo persiguiendo a los otros. El corazón le latía cada vez más rápido. Los ruidos de la persecución se perdieron rápidamente.
-Me salvé, pero ahora estoy solo. ¡Diablos!- Se dijo en voz baja y empezó a mirar hacia todos lados. Todo era oscuridad, árboles confusos, inmensos, no tenía manera de ubicarse, aunque intentó concentrarse, hizo luz con la varita e intentó buscar las hueyas en el barro de allí. La idea seguir esas hueyas de Raper y de Hagrid en el lodo no le parecía lógica pues tal vez encontraría de regreso a la araña. Se apretó los dientes, frunció la frente y apretó los ojos. Estaba perdido, desesperado e indeciso, no podía ser peor su estado. Si, si podía, su pudo. Una voz desconocida y pausada le heló la sangre.
-Muchacho, ven, acércate, no temas.- De entre los árboles se observó la mitad de una figura tenebrosa, fantasmagórica, aterradora, indescriptible para Kevin. -No temas, soy un fantasma, pero un fantasma bueno. No te haré daño, estoy contigo, te ayudaré.- De entre los árboles salió la figura de un toro con pecho, brazos y cabeza de humano. Todo su cuerpo era transparente, era un espectro.
-Qui- Qui - Quien es - Us-uste-teted. -Tartamudeó con mucho miedo y mirándolo de pies a cabeza, mientras éste flotaba de manera aterradora.
-Soy el Fantasma de un Centauro, pero no de cualquier Centauro. Soy el Centauro Mágico, o lo que queda de él.
-¿El ce- ce- ce-centauro mágico?
Si, los centauros somos criaturas que existen en la actualidad, somos semi-humanos.
Kevin quedó atónito sin palabras.
-Me conocen mejor como el enemigo de Polklop, yo batallé contra él en la edad media y me venció pero yo lo maldige de por vida. No hay tiempo que perder, debes volver al castillo, muchacho, no temas, yo te protegeré y te daré el camino correcto. ¿Como es tu nombre?
-Yo soy Kevin.
-Seguramente debes estar muy asustado e indeciso.
-Así es.- Contestó con inseguridad.
-Tambien debes desconfiar de mi, debes pensar que quizás te pueda hacer daño.- Kevin no dijo nada, sólo se quedó mirándolo perplejo. El fantasma se acercó y cambio el tono de su voz, alli Kevin pudo observarlo por completo, era efectivamente un centauro, con un rostro de un joven que tenía el pelo largísimo, muchas arrugas en su frente y cicatricez indescriptibles. -A pesar de ser un fantasma, soy muy intuitivo, ademas, tú, chico, eres muy expresivo. De la boca de Kevin no salían palabras. -Míralo de ésta manera... Los fantasmas podemos asustar y dar frío, pero eso es todo lo que podemos hacer. Por más que quisieramos tocar algo o intentar construir algo no podríamos por que no somos más que una imagen del pasado. Te lo repito, es imposible que te pueda hacer daño, además quiero ayudarte.
Recuperando la calma preguntó: -¿Y usted por que está aquí?
-Por que éste es mi refugio, aquí vivo en paz luego de que mi imagen saliera del cubo embrujado.
-¿El cubo embrujado?- Preguntó con terror.
-Ya debes haber escuchado por allí que el cubo embrujado se volvió a unir un día... y que varios pedazos fueron repartidos a 16 muggles...
Se le volvió a helar la sangre y atinó a mentir. -Pues, pues, algo he oído, pero no mucho.
El fantasma comenzó a hablar más pausadamente: -Mmm, verás, con la maldición que le hice a Polklop parte de mi alma quedó atrapada en el cubo embrujado y pudo salir cuando el cubo se volvió a unir y Polklop quedó maldito.
-Muy interesante, ¿Y que puedes decirme de ese tal cubo embrujado?- Preguntó Kevin con temor a delatar su gran intriga que le perforaba el estómago.
Largó una risita breve: -Eres muy curioso, chico, pero yo siempre he sido bueno y justo, te diré lo que se. Lo que queda del cubo embrujado es muy poco, los pedazos han sido rotos nuevamente y Polklop pronto morirá, si no ha muerto ya, su regreso ha sido frustrado, no pudo volver a la vida, nadie puede volver a la vida, luego de haber muerto definitivamente.
-¿Y entonces tú...? Inquirió con timidez.
-Yo soy como cualquier otro fantasma que ha decidido no morir del todo y ha quedado una vaga imagen de mi.
Se hizo una pequeña pausa de comprensión y continuaron las preguntas: -¿Y entonces los pedazos que quedan por allí...?
-No tienen ningún tipo de poder ya, sólo le otorgaron magia a los muggles, ahora son sólo pedazos de cubitos que sirven como espejos de comunicación, pero nada más.
Kevin se atrevió a contestar: -Entonces tal vez los que están investigando el suceso deban saber ésto o se enterarán.
La voz del fantasma pareció alamarse: -Se enterarán tarde o temprano, pero si tú les quieres contar puedes hacerlo, sin embargo no te creerán, no podrás ayudar. Por que no le creerán a un niñito como tú, no te creerían.
Se llevó la mano a la boca pensativo: -¿Y tú por que no les cuentas? ¡Adelante, hazlo! Yo te podría acompañar al castillo...- Ofreció Kevin con temerosidad.
Sonrío y asintió complacido: -Te agradezco pequeño, pero nadie me lo creería, hay cientos de fantasmas de centauros vagando por el mundo, me tomarán como uno de los tantos fantasmas dementes.
Se hizo una larga pausa en la que el muchacho intentó volver a interrogar, tratando de mostrar indiferencia para no delatarse de su gran interés por la situación: -Pues bien, todo se aclarará. ¿Y dime, sabes alguna otra cosa del cubo embrujado?
-Se que los pedazos que quedan de él son espejos de comunicación, son una red de cristales que sirven como medio de comunicación.
-¿Y con quien o con quiénes se comunican?
El fantasma contestó desinteresado. -Con nadie en especial, sólo conmigo, es decir, con cada pedazo del cubo cualquiera de los muggles afectados pueden comunicarse conmigo y sólo hablar.
-¿Y por qué no ha ocurrido eso antes?- Preguntó extrañado y entrando en confianza.
-Por que nadie ha puesto el cubo en su cabeza o en su frente.
El muchacho comprendió que se estaba excediendo en confianza y bajó el tono de la voz volviéndose a mostrar indiferente.-Tal vez, pero yo he escuchado que si se unen los pedazos puede ser fatal...
-¡Tonterías! Polklop no se pudo salir con la suya y ni siquiera un fantasma quedará de él. No hay más peligro, todo lo que quedan son mitos, pues todos siguen asustados de algo que ya pasó, ya es historia.
Se hizo otro gran silencio.
-Puedo asegurarte, chico, que esos pedazos del cubo embrujado son inofensivos y sólo son reliquias viejas y sin valor. Lo único que lograrán esos chicos es comunicarse conmigo, poder hablar conmigo y escucharme. Tal vez así escuchen la verdadera historia del cubo embrujado, y no los disparates que se dicen hoy en día, todos desacertados.
La duda era punzante e inquietante para Kevin, temía ponerse en evidencia, pero quería saber todo, todo sobre la historia del cubo embrujado, todo sobre la historia que parecía nunca tener fin y enrredarse cada día más enfermándolo de intriga...
De pronto se escucharon unos gritos: -¡Kevin! ¡Responde por favor! ¿Donde estás?
El fantasma hizo una leve reverencia y dijo en voz cada vez más baja,
-Bien, creo que allí están tus amigos. Debo irme... no quiero que Hagrid piense que un fantasma de un centauro quiere influir en un adolescente... no me lo perdonarían mis compañeros fantasmas. Recuerda que el día que me necesites comunicarte conmigo sólo pon tu cubo en la cabeza o en la frente y oirás la verdadera historia que nadie ha podido contar y si no quieres, pues respeto tu desición. Adios.
Desapareció entre las sombras y una luz blanca lo iluminó de lleno. Una voz muy conocida exclamó.
-¡Ahí estás!
Alice estaba apuntándolo con la varita, detrás aparecieron Rodolph, Cecile, Patrick, Hagrid y Raper. Caminaron hacia el lugar donde estaba el árbol, y la corteza del mismo estaba abierta y emanando un jugo de color verde oscuro por el piso. Hagrid sacó de la bolsa un tarro para poner el jugo y todos fueron rápidamente en dirección al castillo. Kevin compredió que no era el momento de explicar lo que vio y decidió guardárselo para si.
En un gran esfuerzo pegaron los pedazos de la estatua y los adolescentes subieron a la sala común muggle. Tuvieron que bañarse, pues el pegamento costaba sacarlo y tenía en los brazos, en los talones y hasta en la cara.
-Si que ha sido duro éste castigo, pensé que no iba a sobrevivir...- Exclamó Raper en un último suspiro y se durmió plácidamente. Kevin intentó conciliar el sueño, pero recordó que no había comido nada esa noche por sentirse descompuesto, entonces intentó despertar a Sergio.
- Oye Sergio, tengo hambre.
Sergio se despertó gruniendo y dijo:
-Cómete las galletitas que tengo en mi bolso. Buenas...- Y se durmió nuevamente antes de terminar la frase. Luego de comer con mucha rapidez y de bsucar varios vasos de agua, Kevin observó el reloj, las 2 de la mañana, tendría que dormirse en ése instante o el día siguiente se le haría muy dificil.

No pegó un ojo en toda la noche, quedó boca arriba, discrepando entre la indesición de escribir todo lo que había pasado o intentar olvidarlo. ¿Sería útil escribirlo? Tal vez no, pero sería inutil intentar olvidarlo, intentar olvidar esa figura fantasmagórica y todo lo que había oído de sus palabras: ¿Verdaderas? ¿Falsas? ¿Sabias? ¿Dementes? Tal vez fue eso lo que no le permitió dormir en ningún momento, si el fantasma tenía razón o si estaba tan demente como cualquier otro fantasma. ¿Pero como sabía del cubo embrujado? ¿Como sabía de Polklop? Esas cosas que había contado no las había escuchado en ningún lugar, no las había dicho el odioso diario El Profeta, ni ninguno de los tutores, ni nadie. Era información nueva, era algo que quizás cambiaría la manera de mirar las cosas o lo llevaría a un estado demente e idiota. Esa era la palabra que resumía a Kevin, se había vuelto un completo idiota. No le quedaban respuestas, no le habían quedado maneras de interpretar la realidad, sólo ganas de seguirse preguntando qué hacía en Hogwarts. Esa pregunta lo hizo volverse contra si mismo, y dudar sobre él, pero pronto recordó los momentos vividos, sus amigos y lo bueno que eran los tutores con él y con los demás muggles. Pese a ese alivio, volvía a recordar lo acontecido en la noche y se sentía un completo idiota, sentía no poder hacer nada al respecto, tal vez lo mejor era dejarlo pasar, olvidarlo y pensar que los pensamientos se podían borrar de la cabeza. ¿Y si Polklop murió realmente? Podría vivir tranquilo, pero no estaba seguro si había muerto o si todavía agonizaba con alguna posibilidad de revivir. Recordó a sus padres y se puso una mano en el corazón, olvidaría lo ocurrido, debió estar demente ese fantasma y no tocaría el fragmento del cubo embrujado, esa porquería que era uno de los culpables de que ocurrieran tales tragedias, no volvería a tocar ese cubo, lo dejaría guardado en la mochila, por más que cambiara de color, o le quisiera avisar sobre alguien. Le producía asco ese fragmento, si alguno de los tutores le hubiera dicho que ya no servía más para nada lo hubiera tirado por la ventana, al basurero o al lago negro. En la última hora de la madrugada pudo conciliar el sueño, pero esa hora era muy pequeña en comparación de día que le esperaba, no serviría para descansar, entonces decidió interrumpir el sueño y prepararse para el nuevo día. Pese a tener mucho sueño lo afrontaría, saldría adelante, sería un buen estudiante y obedecería a todo lo que le ordenaran.
¿Qué mejor manera de empezar el día que contarles la hazaña a sus amigos? Contarles que habían vivido una gran aventura, que habían regresado airosos del peligroso bosque negro. El castigo había sido tambien un gran aprendizaje, pues habían oído de un hechizo que servía para abrir la corteza de aquel arbol gigante, chispas naranjas, unas chispas de fuego nada ordinarias, dignas del aplauso de los muggles al ver a Raper conjurar ese hechizo en la sala común muggle y quemar varios papeles. La varita parecía un juguete, podría jugar con las chispas antes de que la varita se recalentara y comenzara a largar peligrosamente chispas de un lado hacia otro.
-¡Una estrellita, parece una vengala o una estrellita!- Exclamó Maxi emocionado.
-¿Que demonios es una estrellita?- Interrogó Wendy con humor.
-Es un cuete mugle, una pirotecnia, donde se prende la punta de un pedacito de alambre derecho, y cuando lo prendes con el encendedor comienzan a salir estrellitas doradas, en forma de fuego.
-No empiezen otra vez con la pirotecnia o terminarán incendiando la sala común, o Hogwarts entero.- Advirtió Mady con severidad.
-Por más que sea "pirotecnia recreativa", no puede pasarse todo el día haciendo estrellitas con la varita. ¡Reprovará el examen de encantamientos!- Exclamó Wendy de mala manera.
-Jajaja, si que eres exagerada, amiga.- Le palméo en la espalda Maxi, pero los retos continuaron.
-¡Y ustedes, tontos, dejen de intentar ese hechizo o terminarán quemando las cortinas! ¡Ya basta!- Los retó Mady pues las chispas rojas volaban por toda la sala común con el peligro de quemar a alguien.
Los muchachos escondieron sus varitas avergonzados y volvieron cada uno a sus habitaciones. Y, como si fuera poco, Kevin y Raper habían escapado de una araña gigante, por lo que sus amigos comenzaron a mirarlos de otra manera, pensando que tal vez dejarían de meterse en problemas y de perjudicar a todos. Otra de las noches transcurridas le pidieron a Raper que contara como escaparon de la araña gigante.
-¡La araña sabía el camino a Hogwarts y nos persiguió hasta las puertas del castillo! ¡Y, como ya saben, aparecieron Patrick y Rodolph que estaban dando una vuelta y le hicieron el hechizo Reducio! ¡Y la reducieron, y yo mismo la pisotié!- Les contó Raper airoso y con el pecho inflado.
-Metete con alguien de tu tamaño...- Se burló Mady sacándole la lengua. Todo se rieron y se fueron a dormir, luego de la velada a altas horas de la noche en la sala común que ya parecia un clásico.
El escuadrón muggle se había disuelto por consejo de Raper, pues nadie quería meterse en más problemas y luego de lo vivido ya habían aprendido la lección. Los sueños de Kevin parecían tranquilos, ya no aparecían angustiosas imágenes de sus padres o sueños tenebrosos que lo desvelaban. Tuvo tiempo para atender a Ululú y mandarle una carta a su abuela pidiendole una foto de sus padres y de ella, y así fue, Ululú trajo consigo dos pequeños cuadros, en uno estaban sus padres y en otro sus abuelos, además de las siempre afectuosas palabras de su abuela. Todo marchaba bien, demasiado bien como para sólo pensar en los exámenes que se avecinaban y había tranquilidad como para poder concentrarse y lograr el estudio de una manera fluída, de ésta manera aprovó un examen de inglés y la mayoría de los muggles ya sabían hablar inglés muy bien.

(Fin del Capítulo 26)

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