Capítulo 17

El Pacto

Sin espacio para explicaciones caminaron a toda prisa las 3 cuadras habituales para llegar, tropezando con el equipaje; más de una vez se le caía al piso por que iban demasiado rápido. Patrick lucía muy extraño, su cara de preocupación era muy evidente y con frecuencia miraba para todos lados. Se detuvieron en la esquina y le explicó en voz muy baja. -He bloqueado la Base de Rosario Sur con un hechizo, nadie podrá verla si yo no la desbloqueo.
-Ah, así que ese es su nombre.¿Por que?
-No hay tiempo para explicaciones, ahora haré un hechizo protector para que nadie pueda vernos.- Agitó su varita, aunque no pasó nada, en realidad Kevin no sintió nada, pero se habían vuelto invisibles para cualquier muggle.
Se acercaron a la casa, la puerta estaba abierta y la cortina enrollada.
-Cualquier persona que esté aquí no verá absolutamente nada. Ni a la casa ni a nosotros.- Emitió casi en un susurro y entraron a la casa. Cerraron la puerta y la cortina se bajó. Patrick se limpió la frente sudada con un pañuelo y dio un suspiro. -Cuando lleguemos a Hogwarts seguramente te enterarás de todo lo que pasa.- Aclaró frunciendo el ceño, Kevin nunca lo había visto tan nervioso y eso le revolvía el estómago del miedo. Atinó a no preguntar nada y ser obediente. Puso su bolso en el piso y sacó un frasco donde tenía polvos flu. Del bolsillo tironeó una pequeña bolsa, volcó polvo y se lo dio a Kevin. Prendió el fuego en la chimenea y lanzó polvos flu, mientras las gotas de transpiración le corrían por la frente y caían al piso. -Quiero que entres y salgas de las chimeneas a toda velocidad, por favor. Apenas llegues tira el polvo y arrójate en la siguiente chimenea pronunciando el destino.
-Pero ¿Que es lo que pasa?- Interrogó Kevin perdiendo la paciencia y muriéndose de la intriga.
-Me persiguen Kevin.¡Me persiguen!- Unos truenos se escucharon afuera y los hizo saltar de miedo. El día estaba soleado y caluroso y de repente se puso todo oscuro, se escuchaban truenos y se presentía un frío inexplicable.
Corrió hacia el fuego verde esmeralda gritando: -Casa de Miguel Ángel.
El muchacho tomó un puñado de polvo y lo arrojó al fuego, después se metió pronunciando el destino. Mientras giraba a toda velocidad se sostenía del equipaje y pensaba en el siguiente destino. Ni bien aterrizó patinando en el piso lleno de polvo, sacó de su bolsillo otro puñado, lo tiró al fuego y se zambulló pronunciando La casa de Doña Marisol, en el transcurso hizo lo mismo, en la llegada pensó en la Cueva de Yimy y esto lo derivó. Ni bién llegó a la cueva se levantó, tiró el polvo y se metió al fuego pronunciando la Mansión de los Eranson. Ya faltaba poco, pensó en aterrizar bien y en la casa de Felipe Welintong. Salió de la chimenea izquierda tambaleando, soltó polvo y se metió en la derecha diciendo el destino de la Casa de Felipe Welintong. Aterrizó muy bien, de pie y junto a su equipaje. Observó a la chimenea derecha pero en ella no había fuego, cerró la bolsa y se dio vuelta. Allí estaban en el living sentados Mady, Patrick, Raper, Maxi y Felipe Welintong.
-Muy bien muchacho, has llegado.- Felicitó Felipe Welintong, llevaba puesta una túnica negra muy vieja, pero elegante. Patrick estaba tranquilo y su cara representaba un alivio notorio.
El adolescente se sentó en uno de los sofá en el que estaban Raper y Maxi y los saludó golpeándoles los hombros con los puños. -¿Ya no saludan más ustedes?
Los amigos largaron una risita. -Si hermano ¿Como no? Bienvenido ¿Como andas pequeño Kevin?
Le dieron un apretón de manos y hablaron un pequeño instante. Felipe Welintong levantó su varita y la agitó, se observó que abrió la heladera y sacó levitando a la limonada, apuntó hacia la alacena y sacó 6 vasos, estos levitaron en el aire y aterrizaron lentamente en una pequeña mesita que había entre medio de los sofá. los adolescentes aplaudieron el espectáculo fascinados.
-Ya te quieres ganar la atención de los chicos...- Bromeó Patrick.
-No se presume un Wingardum Leviosa combinado, de seguro pronto los chicos lo sabrán hacer...
-Seguramente ¡Uff! Estoy exhausto.
El señor Welintong frunció el entrecejo. -¿Te ocurrió algo?
-¡Me persiguieron cinco dementores! Y soy el único que todavía no aprendió bien el Expecto Patronus, por que me sale muy débil.
-¿Donde te los encontraste a esos cretinos?
Los chicos escuchaban muy atentos.
-A la salida de la Base de Rosario Sur y me desaparecí hasta la entrada de la casa de Kevin. Lo que más miedo me dio fue cuando caminé con Kevin, si se me aparecían no iba a saber muy bien que hacer.
-Menos mal que no se aparecieron... sino no estarían aquí para contarlo...
Los adolescentes miraron con seriedad al señor Welintong, no podían creer lo que oían. Patrick y Kevin habían estado en un peligro mortal.
-¿Y los aurores?- Se atrevió a preguntar Kevin.
-Esos cobardes huyeron, eran tantos dementores que no pudieron enfrentarlos solos y fueron por ayuda.
Raper se inquietó. -¿Cómo son los dementores?
-Son horribles ¡Los detesto!- Contestó el Señor Welintong con amargura.
Patrick se puso nervioso y comenzó a temblar, para disimularlo miró su hora. -Ya es tiempo de irnos, el expreso de Hogwarts sale a las 6 de la tarde y tengo algo de miedo de que aparezcan los dementores cuando estemos viajando con los chicos.
Felipe Welintong sacó un pequeño mapa del bolsillo.
-Escucha, he pensado en ello, armé y habilité una chimenea directa a la estación King´s Cross. La chimenea se llama New Casttle y desemboca en un restaurante abandonado. Por cierto, tengan cuidado con esta chimenea por que ahora es mucho más rápida, si antes tardaban diez minutos, ahora tardarán tan sólo un minuto.
Patrick se tomó las manos y se las llevó a la boca. -¡Que alivio! Un peso menos, andando entonces.- Se levantaron de los sofá y se dirigieron a la chimenea derecha. -Bueno, adiós amigo y gracias por quedarte cuidando a los chicos.
-No es nada, ven a verme pronto, te enseñaré a conjurar bien el Expecto Patronus.
Prendió el fuego, arrojó polvos flu y se tiró pronunciando: -Restaurante New Casttle.
Los adolescentes se despidieron del Señor Welintong y fueron uno a uno a la chimenea derecha. Kevin fue el último, antes de irse escuchó decir. -Estoy terminando de inspeccionar un libro, pronto te llegará, amigo. Nos vemos.
-Bueno, muchas gracias. Adiós.- Se metió en la chimenea diciendo el destino. La sensación en la chimenea era muy rara, se sentía flotando en el aire, de repente se halló patinando a toda velocidad por una pendiente. Todo comenzó a girar y aterrizó violentamente en el suelo. El equipaje pasó por arriba de Kevin y Raper y Maxi lo detuvieron. Ayudaron a Kevin a levantarse.
-Esto si ha sido divertido.
Estaban en lo que parecía ser un baño con un gran hueco, allí estaba instalada la chimenea. Sacaron sus abrigos del equipaje pues el frio en el lugar era muy evidente. Luego salieron a un lugar abierto iluminado por el sol y con una salida directa al Anden 1.
Fueron hasta el Anden 9 y tres cuartos y entraron ordenadamente sin que nadie los viera. Allí estaba la locomotora color escarlata del Expreso de Hogwarts, en el primer vagón estaba Rodolph Kirsakof, quién los saludó y los invitó a pasar. Subieron a toda prisa al vagón, Mady pasó corriendo al pasillo mientras entraban y escucharon decir:
-Me importa un pepino que sean las cinco y cuarto, ya estamos todos listos ¡Andando!
Se cerraron las puertas y comenzó a tomar marcha la locomotora. Patrick se acercó a Alice y le palmeó el hombro. -Tranquila, ya estamos todos aquí, debes relajarte.
-Es que no puedo, ya sabes que es lo que me tiene inquieta estos días.
Los adolescentes observaban con mucha timidez a Alice Spencer y Cecile los asustó por detrás. -¡Venga! Pasen, que hoy es el cumpleaños de Eliana y estamos todos reunidos para cantarle el feliz cumpleaños.
Le causó gracia haberlos asustado y les guiñó un ojo. Los adolescentes se ruborizaron , le dejaron el equipaje allí y entraron a gran velocidad sin mirar a la puerta de la siguiente sección, se tropezaron y cayeron. En la puerta transparente del compartimento estaban todos los muggles riéndose de lo que acababan de presenciar. Se levantaron sonrrojados y se percataron de que no llevaban los auriculares puestos. Los tutores se acercaron y junto con los chicos le cantaron el feliz cumpleaños a Eliana, luego se fueron hasta el pasillo y se ubicaron en otros compartimentos. Kevin saludó y comenzó a buscar un lugar entre los pasillos. Raper, Maxi y Sergio que saludó a Kevin guiñándole un ojo, se fueron a una cabina junto con Mady, Eliana y Wendy. Kevin asomó su cabeza.
-¿No habrá lugar para mí…?
-Ya ves que no, hay un montón de cabinas como para que estemos tan apretados.- Contestó Wendy con mucha naturalidad. Esto molestó a Kevin pero se alejó aparentando que no le importaba. En otra de las cabinas estaban Justine Lurd y Lina hablando en secreto y no se atrevió a tocarles la puerta para entrar.
Se volvió al primer vagón para buscar sus auriculares en el equipaje y en el camino se cruzó a Alice, quién le pellizcó el brazo y le sonrió. -¿Que andas haciendo?
-Estaba buscando una cabina…
No lo dejó terminar la frase y le tironeó el brazo llevándolo hasta el lugar donde estaban Justine Lurd y Lina. Entró mirando al piso, subiendo los hombros y poniéndose los auriculares.
-Lo siento, disculpen la molestia.
-No te preocupes, no nos molestas.- Oyó una dulce voz, levantó la mirada y el sonido provino de Justine Lurd. El rostro de la pelirroja tenía pecas en sus mejillas, sus finas cejas parecían ser lo más atractivo de su mirada. Kevin se incomodó, se dejó caer en el asciento y se puso a mirar en la ventanilla.
-Bonito día, aunque me guste más la lluvia.
Las chicas largaron una risita, pero no dijeron nada. Por el pasillo se asomó Patrick, llevaba consigo una gran bolsa, de allí sacó unos pequeños auriculares, que entraban sólo en el agujero del oído y se los acercó:
-Ésto es para ustedes, ahora son más pequeños, sin antenas molestas y mucho más cómodos. Agradézcanle al profesor Arthur Weasley que se pasó las vacaciones trabajando por ello.- Se sacaron los auriculares y se pusieron los nuevos que efectivamente eran mucho más cómodos. Puso su bolsa en el hombro y del bolsillo sacó tres tabletas de pastillas violetas. Se las entregó y se las repartieron. -De paso les aviso que tienen que ir al primer vagón, Alice tiene algo para decirles.
Se levantaron desperezándose y se dirigieron a toda prisa. Estaban todos amontonados y en silencio escuchando a Alice.
-Se muy bien que nuestro regreso a Hogwarts no pasará desapercibido. Tienen que saber en que condiciones iremos, sobre todo nosotros.- Señaló a Patrick, a Cecile y a Rodolph.
-Muchos rumores sobre nosotros están corriendo en el mundo mágico y ya no se trata de una simple burla o un mal entendido. Están sospechando sobre nuestra lealtad y sobre la reputación de Hogwarts. Piensan que este colegio está perdiendo la seriedad y la disciplina y que nosotros somos los principales culpables.- Hizo una pequeña pausa y continuó. -Necesitaré su cooperación por sobre todas las cosas. Deben ser más obedientes y responder a nuestros pedidos. No deben confiar en nadie más, por que en este momento la mayoría de los magos nos miran mal. Pero no me importa lo que ellos piensen, sino lo que nosotros logremos. Por eso es que con los tutores decidimos tratarlos de igual a igual y no ocultarles más nada.- Un gran asombro se reflejaba en la cara de los muggles. -A partir de ahora nosotros los pondremos al tanto de lo que está pasando, siempre y cuando se lo ganen. Tendrán que saber comportarse para poder exigir algo a cambio. En otras palabras, tendremos que negociar. Esto lo decidimos en la reunión que tuvimos esta navidad. Como oyen nosotros pasamos la navidad juntos, por que a decir verdad somos como una familia.- Muchos miraban con caras desconcertadas. -Y ahora mismo quiero negociar con ustedes, quiero hacer el primer pacto, un trato.
Kevin levantó las cejas pues no sabía como tomarlo.
-Quiero que duerman bien lo que queda de este viaje, que todavía es mucho y según mis cálculos llegaremos a la madrugada. Si logran dormirse sin hacer el más mínimo ruido y descansar correctamente podrán quedarse despiertos a la madrugada y les daré algo a cambio. ¿Qué dicen?
No sabían si asentir, si hacer una pregunta o negar, finalmente Raper rompió el hielo.
-¿Que habrá a cambio?
-Les contaremos la historia del cubo embrujado.- Contestó Alice firmemente. Todos se miraron, no sabían que decir, como tomarlo, era una situación realmente nueva y todos estaban inseguros. Patrick ordenó un poco el desconcierto.
-Levante la mano quién está de acuerdo y se compromete.- Lentamente todos fueron levantando la mano hasta cubrir la totalidad de los adolescentes. -Muy bien, entonces nos obedecerán, si lo hacen bien serán recompensados, si hacen alboroto o rompen alguna condición del pacto no les diremos nada y estoy segura de que muchos tendrán una gran duda. Así que encárguense de que mantener la paz hasta que lleguemos a Hogwarts, nosotros también trataremos de dormir. Eso es todo. Que descansen bien.- Se despidió y se fueron ordenando nuevamente en las cabinas. Se oían algunos murmullos, pero procuraban no ser evidentes por que sino no cumplirían la condición del pacto. Kevin caminó por el pasillo y encontró un compartimento vacío, se metió y acomodó.
En ese instante aparecieron Anabella y Jenka y abrieron la puerta sin darse cuenta de que había alguien, se sobresaltaron.
-Nosotras estábamos aquí.- Dijo de mala manera Anabella, mientras acomodaba sus lentes. Kevin gruñó, pero intentó no discutir y se levantó lentamente.
-Lo siento, me voy, siéntense.
Jenka le dio un gesto severo con la mano a Anabella. -Espera, me parece injusto que ni bien lo veamos lo tratemos como a un perro.
Salió de la puerta y se llevó a Anabella con ella. -Si quieres quédate y disculpa que mi amiga sea tan grocera.
Kevin volvió a su asiento desconcertado. Anabella pensó un instante antes de hablar.
-Es cierto, somos nosotras las que debemos irnos. Perdónanos.
Las miró mas extrañado aún, pero lo tomó con calma. -Bueno, gracias, de todas maneras a mi me da igual, después de todo tenemos la misma duda sobre el cubo embrujado…
Las chicas asintieron levemente.
-Me intriga mucho saber que está ocurriendo allá afuera, me ha contado Cecile que en Rusia los dementores ya se han cobrado la vida de 4 personas.
Kevin abrió la boca del asombro mientras las chicas se sentaban. -Ahora que lo pienso, si no te molesta nos quedaremos aquí, pues nos aconsejaron que no nos quedaramos solas por si de imprevisto los dementores invaden algún vagón.
-No se preocupen, pueden quedarse, no me gusta para nada la idea de quedarme solo y que me tomen por sorpresa esas cosas…
Sonrieron tímidamente y se sentaron mirando en dirección a la ventanilla. Anabella acomodó su pelo y miró nuevamente a Kevin. -Me han comentado que un chico de Hufflepuff te ha invitado a los entrenamientos de su equipo. ¿Es cierto?
Kevin levantó la ceja derecha. -Si, pero no es seguro, sólo iré a probarme junto con Raper. En realidad no se que podrá pasar, todavía no se montar bien la escoba y tengo miedo de caerme.
Jenka largó un bostezo, se tapó la boca con las manos y asintió con la cabeza. -También hemos visto que te relacionas con algunos magos de Gryffindor ¿Cómo lo haces? Nosotras no hemos podido hablar casi con ningún mago por que parecen ser indiferentes.
Kevin antes de contestar lo pensó un instante. -Puede ser que nos traten de manera distante, pero El Profeta se ha encargado de manchar nuestro nombre muchas veces, no lo olviden, y después de un tiempo largo entendí lo que son los muggles para ellos, pero les aseguro que hay buenos magos, ya los conoceremos mejor, eso espero.
Anabella se puso una mano en el cachete pensativa. -Cierto. Oye ¿Cómo crées tu que será la historia del cubo embrujado?
-No tengo idea, ya lo veremos cuando lleguemos a Hogwarts, si es que podemos cumplir lo prometido.
Se quedaron pensativos unos minutos, Kevin se acomodó en el asiento se puso en el rincón y la tranquilidad lo hizo sumergirse en el sueño, cerró los ojos.
Cuando los abrió ya estaba todo oscuro y escuchó murmullos, giró su cabeza, allí estaba Alice Spencer que llevaba en la mano una bandeja con sandwiches y le ofreció. Al lado de ella estaban Jenka, Anabella y Jovanina comiendo.
-Por fin despertaste, adelante, sírvete o te quedarás sin cena.
Tomó un sandwiche y Alice mientras se iba les indicó el camino al primer vagón.
-Vayan allí si quieren tomar algo y quieren más comida.
Fueron hasta el primer vagón, allí estaban sus amigos tomando jugo de naranja. Miró su reloj que marcaba las 22hs. Tomó varios vasos de jugo de naranja y algunos adolescentes repartieron empanadas y más sandwiches. Al terminar la cena se fueron a los compartimentos, esta vez acompañado de Raper y de Maxi.
-¿Así que pudiste hablar con ellas? Te diré que es un logro, por que me parecían inaccesibles, las vi muchas veces pero no me decían ni una sola palabra… Dijo Raper mientras se acomodaba en el asiento.
-Supongo que ahora se podrá hablar un poco más, aunque no lo sé. No me caen muy bien Jeremias, ni Gerardo y mucho menos Álvaro…
Una voz se filtró por el pasillo. -Y si lo dices de esa manera… es evidente que es así…- Era Sergio quién entró con los ojos bien abiertos. -Estuve hablando con ellos mientras comíamos, son algo distintos para hablar y supongo que es eso lo que hace que estemos algo incomunicados.
-¿A que te refieres?
-Tienen una manera particular de expresarse, aunque, ¿Saben algo? Gerardo me ha contado que antes vivió hasta los 6 años en Argentina y se fue a Francia, más exactamente a París. No entiendo por que hay tantas diferencias, yo soy español y ustedes argentinos ¿Y por eso no les voy a hablar?- Hubo un gran silencio. -Volviendo a lo que les estaba diciendo, creo que no tienen que ser tan cerrados, yo al menos hoy les di la oportunidad por lo menos de conversar, a pesar de que no me hayan caído bien desde el primer dia que los crucé.
-¿Y que te dijeron de interesante?- Preguntó Maxi irónicamente.
-Pues, se rieron un poco y no me contestaron mucho.
-¿No ves? Son unos engreídos…- Sentenció Maxi en voz alta.
-¡Shh! Te recomendaría que bajes la voz.- Le aconsejó Raper levantando.
Se quedaron hablando un rato más, apagaron las luces y se acomodaron para dormir, pues un tutor estaba pasando con su linterna y tendrían que hacer silencio absoluto para no levantar sospechas.

(Fin del Capítulo 17)

No hay comentarios:

Publicar un comentario