Capítulo 16

Las Breves Vacaciones

Charlaron un largo rato, la ocasión dio para que Patrick invitara a todos otra ronda de café caliente. El cantinero se acercó y les dijo con gracia. -Para eso hubieran pedido una taza entera, en vez de media taza. Observó dos veces hacia donde estaba Kevin y levanto las cejas. -Vaya, vaya, Muchachito, hace tiempo que no te veo por aquí.- Kevin frunció el ceño y Patrick levantó una mano señalándolo. -Si, mira como ha crecido.- El cantinero sonrío y largó una pequeña carcajada.
Arthur miró su reloj y expresó avergonzado: -¡Uy miren que hora es! Ya me tendré que ir, pues mi familia me estará esperando.
Saludaron a Arthur y tomaron otro café, al terminar saludaron al cantinero y se dirigieron a la puerta que daba al Callejón Diagon, pero Patrick los detuvo. -Por aquí.- Los condujo a una segunda puerta que ninguno de los adolescentes había visto nunca y la abrió cuidadosamente. Esta daba a un pequeño patio, no había nada allí, sólo un gran muro de ladrillos. Sacó su varita del bolsillo y tocó algunos de los ladrillos con la punta. El muro tembló, se achicó y desapareció. -Este muro lo han puesto como medida de seguridad. ¿Recuerdas Kevin la noticia del muggle, los polvos flu y el escándalo que generó?- El muchacho asintió. -Pues bueno, han reforzado las medidas de seguridad. En realidad este muro estaba aquí hace 20 años, pero lo habían sacado por que todo andaba muy bien... en fin...- Caminaron unos pasos y se encontraron con una gran chimenea, era la misma que utilizó Kevin cuando arrivó por primera vez al Callejón Diagon, sin embargo no lo recordaba pues había llegado exhausto. -No hay tiempo que perder.- Metió la mano en el bolsillo y sacó un pequeño frasco, donde había una arenilla verde, sacudió su varita y se originó fuego. Le lanzó polvo y tomó un color verde esmeralda. -Tú primero Raper. Date prisa.
Se metió en el fuego diciendo: -Casa de Felipe Welintong.
Rápidamente hicieron el procedimiento Maxi y Mady. Le llegó el turno a Kevin.
-Se me olvidó comentarte que sólo tú has visto al señor Welintong.
Kevin se rio para si mismo: -Lo sospechaba.- Tomó el puñado de polvo, le lanzó al fuego y se metió gritando: -Casa de Felipe Welintong.
Las llamas se lo tragaron, la velocidad en que giraba todo lo mareaba mucho como la última vez. Cerró los ojos, abrazó el equipaje y con su mano libre había recordó a Ululú. Se la había dejado olvidada en Hogwarts, en la lechuzería, y la quería llevar con él. Se sintió mal, aunque el giro en todas las direcciones y la aceleración constante le hizo poner la mente en blanco. Decidió relajarse con la alegría de que vería a su abuela luego de tanto tiempo. Aterrizó rodando en el piso y abrazado del equipaje. Allí Mady se le quedó mirando. -Kevin, una pregunta ¿Por que no has traído a Ululú contigo?-
Dio un puñetazo al piso y contestó: -¡Me la he olvidado!- Se levantó poco a poco sacudiéndose el polvo de la cabeza y mirando el living de la casa.
Raper se percató del mal humor de Kevin y lo distrajo. -Ey amigo, sácate todo y quédate en remera pues sino te morirás de calor... recuerda que aquí en Argentina es verano. Kevin miró a Raper que llevaba una musculosa de color rojo, a Maxi que tenía una remera negra y luego a Mady que tenía una musculosa rosa. Se sonrojó y Raper se percató.
-Así que te habías ganado una varita que era del señor Welintong...
-Si, aunque te diré que tuve mucha suerte. ¿A ti como te fue en ello?
Raper sacó del bolsillo su varita y la miró unos instantes. -Pues digamos que luego de desordenarle todo el negocio al señor Ollivander logramos encontrar una compatible conmigo. Caoba, 19 centímetros, rígida y en el centro un pelo de unicornio. Maxi prendió las luces del living y se acomodaron en los sillones mientras esperaban la llegada de Patrick. Este aterrizó al instante y mientras de reincorporaba bromeó. -Están muy cómodos...
Mady se fue hasta una de las ventanas, todavía era de día, el sol todavía estaba arriba.
-Recuerden chicos... lo de la diferencia horaria...
Kevin miró su reloj que marcaba las 23:35hs y preguntó.
-Tengo que arreglar mi reloj ¿Que hora es?
Patrick se armó de paciencia y explicó. -En Londres hay 5 horas de diferencia, entonces aquí son las 18:35 de la tarde.
Los muchachos se miraron entre si y asintieron confundidos. Guardaron los abrigos en el equipaje, mientras Patrick se sentaba en uno de los sillones a sacarse la abrigada ropa y descansaba.
-¿Donde está el señor Welintong?- Interrogó Maxi.
-Debe estar reunido con su familia o debe estar arreglando todavía lo que quedó de la Mansión de los Eranson.
Kevin recordó que deseaba tener más libros y a Ululú. -Me he olvidado a mi pequeña...- Pensó en voz alta con tristeza.
-No te preocupes, la cuidarán bien y es mejor que no la tengas por aquí.
-¿Por que?
-Por que están revisando a todas las lechuzas, por si no lo saben estamos en tiempos de prevención.
-¿Por eso tardan tanto en llegarme los libros?- Dedujo Kevin.
-Así es, pero bueno, ten paciencia, ya te llegarán más. A propósito, no tendrás tiempo para distracciones por que después de las vacaciones empezará la segunda parte del año escolar y estarán llenos de exámenes.- Advirtió. Kevin lo miró un momento y le preguntó con cuidado.
-¿Tú con quien pasarás esta navidad?
-Es un secreto, no les puedo decir, prometo que luego de las fiestas les contaré.- Dieron un bufido de desconformismo. Mady se acostó en uno de los sofas y se hizo viento con la mano pues hacía mucho calor.
-En verdad hace mucho calor aquí. Veré si tiene algo fresco para beber en la heladera.- Se levantó y se dirigió hacia la cocina, era muy pequeña, desde el living se observaba la heladera. Volvió con 5 vasos y con una botella de vidrio que en su interior poseía jugo de naranja con cubitos de hielo. Sirvió y se sentó en el living al lado de Mady. Esta lo miró fijo a los ojos y le preguntó en voz muy baja: -¿Pasaré contigo estas fiestas?
Kevin escuchó e interrumpió.
-¿Como has dicho?
Mady lo miró con cierto recelo y eso le hizo pensar en que quizás no debió preguntar.
Patrick comenzó a hablar enseguida. -¿No te han contado los muchachos que Mady vivió un mes conmigo?
-Eh, si, pero no me han contado por qué.
Mady se levantó rápidamente y negó con la cabeza, su rostro se había tornado serio, Patrick levantó la mano. - No te preocupes, yo les contaré.
Bajó su mirada hacia el suelo y contestó desganada. -De acuerdo.
Dio un pequeño paseo por el living y se dirigió hacia el pasillo que daba a las habitaciones, Patrick dio un suspiro y comenzó a contar: -Madeline antes de ir a Hogwarts estuvo un mes en mi casa, pues en la suya no aceptaron su cambio. Verán, su poder inconciente afloró muy violentamente, el fuego que provino de ella incendió su casa y mató a su abuelo.- Maxi se tapó la boca con una mano, Kevin se rascaba la cabeza y se avergonzaba por haber hecho la pregunta. -En su casa creyeron que se había vuelto loca y que incendió la casa ella, por eso es que la internaron en un loquero de Buenos Aires llamado "el Moyano". Allí estuvo dos semanas hasta que fui a buscarla yo mismo.
-¿Y sus padres y sus hermanos?
-Es hija única, sus padres se fueron a vivir a Santa Cruz, según me comentó el encargado del lugar.- Los adolescentes se miraron entre si muy asombrados. -Cuando la fui a buscar estaba dispuesto a explicarle todo a sus padres, pero al parecer les interesaba deshacerse de su hija y huir del lugar lo más rápidamente posible...
-¿Y Como lograste sacarla?
-Le borré la memoria al encargado.
-¡¿Como?!- Preguntaron todos juntos.
Un grito lejano hizo saltar a todos del sofá y corrieron rápidamente hacia la habitación, Patrick abrió la puerta de una patada y se metieron en el lugar. Allí estaba Mady que se acercó a ellos temblando.
-Les temo mucho a las arañas y he visto una muy grande, pero se ha escapado por la ventana...- Todos largaron un suspiro de alivio y de incredulidad.
-Ay Mady.¡Que susto que nos hiciste pegar!- Exclamó Raper con gracia.
-¿En verdad les importo?
-¿Tú que crees, amiga?- Cuestionó Raper guiñándole el ojo y levantando el dedo pulgar de su mano derecha en gesto amistoso.
-Hazme acordar que te enseñe un hechizo para matar arañas...- Dijo Patrick en voz baja.
Volvieron lentamente hacia sus cómodos lugares.
- En que estábamos? Ah, si. ¿Como le borraste la memoria al encargado del loquero?
-Con un hechizo desmemorizante.- Contestó con mucha naturalidad. Hubo un largo silencio, mientras Raper y Maxi revisaban su equipaje.
Kevin pensó unos instantes y luego se animó a hablarle a Patrick: -Oye, hay algo que nunca se me ha ocurrido preguntarte, pero en verdad es una gran intriga que me viene inquietando hace tiempo.
Desvió su mirada al costado.
-Dime.
-¿Todos los muggles que se encontraron con el cubo embrujado viajaron a Paris como yo?
-Correcto, excepto Anabella Liturineux, Peter Artetreux y Jeremias Enarghio que viven allí.
-Pero... pero... ¿Por que?
-Piensa, es obvio descifrar que un cretino para hacer sus maldades tendría que tardar el menor tiempo posible.
-Todo pasó muy rápido, no pude darme cuenta que un brujo siniestro estuvo en mi pieza y me marcó como su esclavo de alguna manera...
-No digas eso... Todavía no eres esclavo de nadie.
-Es verdad ¿O piensas que a nosotros no nos hizo mal encontrar un cubo dorado debajo de nuestras almohadas?-Preguntó Maxi con seriedad.
-Es que todavía no puedo creer que me haya elegido a mi... o a ustedes... mírense... ¿Se lo han preguntado alguna vez?
-Miles de veces, pero por el momento no sabemos nada...
Patrick sacó de su bolsillo la pipa, un bollito de tabaco, se puso de píe en dirección a la ventana derecha y prendió fuego. Los adolescentes lo observaban.
-Sabemos bien que ustedes han sido compatibles con los pedazos del cubo. Por lo que tengo entendido el cubo embrujado tiene compatibilidad sólo con el poder. Entonces podemos deducir que ustedes en verdad tienen algo que los hace valer mucho, quizás un poder del que no se han dado cuenta todavía...
-¿Ah si? Pues me gustaría valer un poco menos y zafarme de aprietos y de malas experiencias...- Exclamó Maxi pensativo.
-¿Como tomaron tus familiares la noticia de Patrick?- Preguntó Mady con cuidado.
-Al principio les costaba creer, pero por suerte luego aceptaron la verdad.
-¿Y tú Kevin?
-Estuve castigado 3 meses con castigos cada vez peores, hasta que vino Patrick... Mi abuela había conocido a un Squib y por suerte lo tomó bien.
Patrick miró el reloj de Kevin que marcaba las 20hs. -Disfruten su compañía pues en un rato se tendrán que despedir.
Se miraron entre sí unos instantes y después charlaron un rato más, Maxi se acomodó en el sillón y durmió una pequeña siesta. -Bueno Raper, Maxi, es hora de alistar el equipaje.
Se prepararon y Kevin recordó lo que había oído sobre El profeta, sobre todo le llamó la atención la parte que decía "un mago que no se sabe de donde vino". Procuró no hacer más preguntas pues sus amigos se irían y se quedaría con muchas ganas de hablar. Patrick se posó sobre la chimenea, sacando afuera los polvos flu y lanzándolos a la chimenea.
Se dio vuelta para aclararles: -Ustedes no, primero los llevaré a ellos y vendré por ustedes. Además aquí estarán bien seguros, pues nadie sabe con exactitud donde esta la casa de Felipe Welintong, siempre cambia de morada e instala las chimeneas dobles.
Mady y Kevin le dieron la mano a Raper y Maxi y se despidieron.
-Buena suerte. Nos veremos en horas.
-No lo creo.- Negó Patrick. -Con los tutores hemos cambiado de plan, se quedarán en sus casas las 3 semanas de vacaciones, sus barrios los cuidarán aurores/centinelas que hemos contratado especialmente y nos avisarán a la brevedad si ocurre algo raro.
Se volvieron a despedir y desaparecieron uno a uno tras el nombre de: -Mansión de los Eranson.
Kevin se quedó pensativo revolviendo su equipaje unos instantes y rompió el silencio. -Tú, que has convivido un mes con Patrick... ¿Sabes si es verdad...?
Mady le leyó el pensamiento. -Si vas a preguntarme algo sobre El Profeta no tiene sentido... El mes en que estuve en la casa de Patrick la mayoría del tiempo estuve sola.
-¿Como dices?
-Él no estaba en su casa la mayoría del día, pero a mi no me deprimía por que me la pasaba leyendo y preparándome de antemano para entrar a Hogwarts. Quizás un día, cuando estén más calmas las aguas le pregunte... y te diré. ¿De acuerdo?
Se cubrió con las manos y se quedó en silencio un instante. -Siento haberte interrumpido hace un rato...
-Oh, no te preocupes, da igual.- Expresó con mucha calma, la miró un momento y luego volteó la vista hacia la ventana. Enseguida se oyó un ruido en la chimenea y apareció Patrick cubierto de polvo.
-Les contaré un secreto, si se relajan mientras viajan en los polvos flu es muy probable que aterricen suavemente. Andando.- De su bolsillo sacó dos bolsitas de nylon, fue hasta la maseta grande que estaba junto a la chimenea y cargó polvo. Se las entregó a Kevin y a Mady. -Nada de quedarse hablando ni mirando las casas. Quiero que tiren el polvo enseguida y se zambullan al siguiente destino.
Así fue como en cada una de las chimeneas dobles llegaron a toda velocidad, tiraron polvos flu al fuego y acercándose gritaron la siguiente casa. Al llegar a la casa de Doña Marisol escucharon:
-"Base RS".
Y haciendo caso omiso a la orden terminaron en la misma casa abadonada donde había estado Kevin. Se escuchaba el sonido de la lluvia en el techo. Escucharon a Patrick decir para si mismo. -Cada vez que vengo llueve a cántaros.
Caminaron por el comedor, la planta seguía estando allí tan seca como siempre. Patrick desenredó la cortina con cuidado y abrió la puerta. Corrieron al trote 3 cuadras tropezando con los equipajes y se refugiaron en un pequeño techo que daba a la puerta del departamento donde vivía Kevin. Allí se secaron y se despidieron.
-Bueno Kevin, ya lo sabes, está prohibido hacer magia en el mundo muggle.
-Lo sé, lo sé, no haré mal de ojo a nadie más.- Bromeó con cierta ironía.
-De acuerdo, suerte amigo, nos veremos pronto.- Saludó a Patrick con un abrazo y se acercó hacia la puerta. Le ofreció la mano a Mady y esta le apretó fuerte los dedos. -¡Auch!
Patrick se sacudió el sombrero y llamó con los dedos Mady. Ella se alejó lentamente y saludó a Kevin con una sonrisa.
-Adiós, pórtate bien.
Largó una risita imperceptible y se fue caminando con Patrick. Rosa y Oscar lo recibieron con un fuerte abrazo, los regalos que recibió en navidad le vinieron muy bien para distraerse un poco y dejar de pensar tanto.
Al día siguiente ya extrañaba a sus amigos, en especial a las ocurrencias de Raper. Los días se sucedieron de manera muy lenta y tranquila, no se planteaba qué truco nuevo aprendería el día siguiente, no podría mezclar pociones que tanto le venía gustando ni meterse en problemas con Malfoy o con Di Marcus, esto último lo aliviaba un poco. La primera semana se la pasó descansando, estudiando y oyendo a su abuela tocar el piano por las mañanas. Rosa era una excelente pianista y le enseñó varias piezas años atrás. El abuelo le preguntaba qué tan bien le estaba yendo en la escuela y le daba charlas que lo animaban. La mañana del año nuevo estuvo tocando el piano, recordando piezas que sabía de memoria. Así mismo el hecho de no tener público que lo oiga lo desalentaba y en algunos ratos se quedaba en silencio en frente de las teclas blancas y negras. Evaluaba la idea de cursar "Música Muggle y Música Mágica y aprender más de algo que le venía interesando. Se tomó un respiro y le vino a la mente el momento en que le aconsejó a Maxi que hiciera lo que le gustaba sin fijarse lo que pensaran los demás. Sólo importaba que él lo disfrute y allí estaría todo el sentido para disfrutarlo. El piano también le hacía recordar a su madre, quién era una gran pianista, la nostalgia lo invadía y eso le hizo cerrar el piano los siguientes días. Tirado en su cama leyendo libros y durmiendo trascurrió lentamente la siguiente semana, ya en el primer día de la última semana de vacaciones se sentía aburrido. No tenía manera de ir a buscar a Ululú, que tanto requería su presencia, para mandarle cartas a Raper, a Maxi o a Mady y que éstos le respondieran al instante. En Rosario era todo lento, caluroso y tranquilo, varias tardes estuvo mirando como jugaban al futbol los chicos del barrio. "Si supieran lo que es el Quiditch estarían tan apasionados como lo estamos en Hogwarts", reflexionaba en voz alta, su abuela lo escuchó y le contestó sorpresivamente.
-Si televisaran los partidos de Quiditch podría mirarlos y entender un poco más.
Era cierto, por un momento se le cruzó en la cabeza decirle que iba a practicar Quiditch en el equipo de Hufflepuff pero previniendo los consejos y advertencias cansadoras decidió no contarle nada hasta que realmente le vaya bien.
Aquel miércoles al mediodía Kevin estaba terminando de comer cuando oyó el timbre, posiblemente era una de las vecinas y Kevin tendría que esconderse pues le habían contado a todo los conocidos que viajó a Inglaterra en busca de una institución que lo contenga y que no volvería. Pero para sorpresa de los abuelos era Patrick, estaba transpirado y algo agitado. -¿Está usted bien?.¿Le pasó algo?
Llevaba puesta su habitual camisa negra y pantalón negro, en su hombro llevaba un pequeño bolso. Lucía transpirado de pies a cabeza y con un rostro muy preocupado. -Uff, hace mucho calor, no se preocupe, estoy bien, he venido a buscar a Kevin por que el plazo de las vacaciones se ha adelantado.
Kevin fue hasta la cocina, se asombró de la apariencia de Patrick pero fue obedientemente a preparar su equipaje. Tal vez luego le diría si ocurrió algo o si es el simple calor que azotaba a la zona. Una vez listo saludó a su abuela y a su abuelo. Mientras caminaban por la calle le preguntó.
-¿Por que estás tan transpirado?- Patrick lo miró con seriedad.
-Por que tenemos que ir urgentemente a Hogwarts, los chicos te esperan en la casa de Felipe Welintong.
Caminaron a toda marcha hacia la casa abandonada, donde viajaría por las cinco chimeneas dobles.

(Fin del Capítulo 16)

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