Capítulo 13

Cuestión de Madurez

Los días se tornaban cada vez más cortos. Finalmente la mayoría de los muggles aprendieron el hechizo Wingardum Leviosa y a muchos ya le salía el hechizo Lumus, eso los tranquilizaba un poco y al aplicarlo se hacía más divertido el contacto con la magia. Todavía estarían ausentes los profesores para las materias que nunca habían cursado, según los tutores no se sabía cuando comenzarían. El día 17 comenzaba con una pequeña fiesta de cumpleaños a Justine Lurd, la primera en cumplir años en Hogwarts. En el comedor la pelirroja estuvo junto a Cecile Veretreux, su tutora, festejando los 14 años. Esta tenía el pelo negro peinado, tenía una forma de mirar muy peculiar y llevaba una elegante túnica roja. El bello rostro blanco de la adolescente observaba con timidez las caras atentas de todos los muggles y se ruborizó cuando le cantaron el feliz cumpleaños pues resonaba en todo el comedor y más de un mago fijó su atención en la mesa de los muggles. En ese momento se percataron todos los muggles de una sola cosa, ella no llevaba puestos auriculares.
-¿Por que no lleva auriculares?- Preguntó Wendy con mucha curiosidad.
-Por que su idioma natal es el inglés.- Contestó Cecile con mucha naturalidad.
-¿No te diste cuenta antes?- Preguntó una chica con el cabello marrón claro, era muy bella, su piel morena atraía a más de un muchacho. Sus ojos negros tras sus lentes mostraban su severidad y otra exclamación rompió la paz aparente.
-¿Acaso no has observado en todos estos días que Justine no ha llevado consigo los auriculares?
Wendy tocó su frente con los dedos y luego miró al piso. La chica continuó levantando cada vez más la voz.
-¡Cuanta atención que nos has prestado! De seguro te encanta estar separada en tu grupo de tu habitación e ignorar el nuestro.
-Jovanina, ya basta.- Cortó rápidamente el diálogo Cecile.
-Tienes razón, es una verdadera pérdida de tiempo.- Se levantó del comedor y se fue con paso marcado.
-Lo siento.- Nadie le respondió nada. Continuaron desayunando en silencio y tratando de olvidar el chocante episodio. Las otras tres chicas la miraban con cara de odio a Wendy y por sus comentarios se escuchaba que estaban burlándose de ella. Antes de ir a las escaleras de mármol Mady siguió a Wendy, quien había esquivado las escaleras y se dirigía a otro lugar.
-¿A donde vas?
La miró con el ceño fruncido y haciéndole un gesto juntando los dedos de la mano derecha. La chica peinó los rulos rubios que le corrían en la frente y se escusó. -Pensaba que quizás me haga bien tomar aire.
Lanzó un suspiro, se acercó y le dijo en el oído. -Quizás te haga mejor pensar las cosas antes de decirlas, sobre todo si sabes de antemano que no conoces a todas las personas como para andar exponiéndote. ¿No te parece?
Se alejó unos centímetros y cambió el tono de su voz.
-Tienes razón, soy una idiota, por eso no merezco ser tu amiga...
La miró a los ojos con severidad. -No digas tonterías... yo no me burlaría de ti, no es mi estilo. - La tomó de la mano de un tirón. - Vamos antes de que cambie de opinión y te golpee- Bromeó, ambas largaron una carcajada y con los ánimos mejorados la muchacha subió las escaleras.
El profesor Lupin y el profesor Slughorn miraron un momento a sus alumnos antes de hablar.
-¿Quien quiere pasar hoy?
Lina pasó al frente sin dudarlo, Eliana, Mady y Wendy la miraban asombradas.
-¿Estás segura?
Dudó unos minutos antes de contestar, cuando finalmente iba a decir algo Wendy se acercó a ella.
-Yo iré contigo.
Los profesores se miraron uno con otro y dijeron: -Bueno, pero sean conscientes de que ustedes nos lo pidieron. Les hemos advertido que sería conveniente pasar de a uno…
Lina se sentía más segura y asintió junto con Wendy. Se acercaron al armario y antes de abrir el profesor Lupin recordó: -Continuaremos usando el hechizo Riddikulus, así que concéntrense.- Se acercó a ellas, mientras el profesor Slughorn encubría a los muggles. Rápidamente abrió el armario y de allí salió una figura que giraba a toda velocidad. El bogart se convirtió en la cosa más horrible que podía imaginar Lina. Allí entre grandes chorros de sangre estaba arrojada en el piso Eliana. La chica pegó un grito de terror, cerró los ojos y comenzó a llorar. Desde el piso se empezó a originar agua. Wendy reaccionó y se puso delante de Lina antes de que la inundación se hiciera inminente. El agua continuaba expandiéndose y le tocaba los tobillos a todo el mundo. El bogart giró nuevamente y se convirtió en un gran cuadro que tenía en su interior un gran bosque incendiado, se observaban grandes árboles, hermosas flores que eran consumidas por el fuego y entre ellas la figura de un hombre que parecía ser su padre. Wendy se puso las manos en el corazón y cerró los ojos. De sus pies comenzó a salir un rayo de color celeste que se extendía en el agua y la empezaba a cubrir. Lentamente el agua se iba congelando y el rayo se iba haciendo cada vez más grande. Al menor contacto con el agua la congelaba.
El profesor Slughorn lanzó un grito muy claro: -¡Salgan del salón!- Hizo unos movimientos con su varita para deshacer el escudo y todos salieron chapoteando en el agua hacia la puerta. El profesor Lupin observó la escena y exclamó.
-¡Wendy, tienes que salir de tu letargo!
La adolescente abrió sus ojos de repente y movió su varita.
-Riddikulus.
El gran cuadro desapareció en el instante en que se cerró el armario. Detrás de Wendy estaba Lina todavía llorando con sus manos en el rostro. Eliana asomó su cabeza en la puerta, se aseguró de que no haya peligro mirando para todos lados, se acercó corriendo hacia donde estaba Lina y le dio un fuerte abrazo ambas estaban muy pálidas. -Todo está bien, aquí estoy.
Wendy se sumó al abrazo, mientras algunas caras curiosas se asomaban.
El profesor Lupin acomodó su cabello con sus manos y dio un suspiro. -Suficiente por hoy, le diré a los profesores que ustedes necesitan descansar.
Esa misma noche en la cena ya se encontraban bien las muchachas y se animaron a contar lo que sucedió el primer día que recuerdan haber tenido un contacto con la magia. Wendy contó que vivía sola con su madre, pues su padre había muerto al poco tiempo de que ella naciera, que su casa se echo a perder por una gigantesca nevada y que Alice Spencer les había obsequiado una nueva casa.
El estudio de las materias continuaba siendo cada vez más extenso y sólo había tiempo para estudiar. El tiempo pasaba y el siguiente viernes llegó tan rápido como sorpresivo. Kevin esperaba con ansias a que le llegue algún otro libro, pero no recibía noticias de Felipe Welintong y Patrick se mostró un poco distante la última vez, aunque tampoco tenía tiempo para preguntarle algo concreto. Ese mismo día pasaron al frente la pelirroja Justine Lurd y una chica corpulenta, con el pelo castaño claro ojos marrones, muy alta y con gesto serio llamada Jenka Alesorinko. Esta decidió acompañarla pues no quería pasar sola. El armario se abrió y el bogart quedó frente a Jenka Alesorinko tomando el aspecto de Peves. Al parecer a lo que más le temía la muchacha era a Peves. Para sorpresa de todos nada pasó. La muchacha tambaleó un poco, pronunció Riddikulus y el bogart terminó encerrado en el armario.
-¡Excelente!
Felicitaron a Jenka quien tiñó sus grandes mejillas de rosado. Después quedó Justine sola frente al bogart, este tomó la forma de una cucaracha gigante, pero enseguida Justine empuñó su varita pronunciando: -¡Ridículus!
La cucaracha se convirtió en una pelota negra y las carcajadas de Justine hicieron que el bogart se estampara contra el armario. Las caras de sorpresa eran muchas y diversas.
Teddy Lupin comenzó a explicar: -No es necesario que cada muggle exprese su magia inconsciente cuando está en peligro en todo momento. Como han visto las dos muchachitas han logrado vencer al bogart sin sufrir ningún tipo de impulso o desborde.
Le dio una palmadita en el hombro a las muchachas. -Se puede decir que ustedes ya son brujas, o que están listas para serlo.
Las chicas miraron a Teddy con decepción y con incredulidad.
-¡No me entienden¡ Aquí ser brujo es un privilegio y no un insulto!
Las chicas sonrieron y se miraron una con la otra.
-Les diré algo, las personas que no manifiesten magia inconsciente frente al bogart ya serán magos transformados, en otras palabras, pequeños magos maduros.
Al día siguiente Patrick y Arthur elogiaron a las chicas que habían logrado superar la prueba sin sufrir inconvenientes. Kevin se mostraba celoso por que quería llamar la atención de Patrick y como luego de la clase se iba no podía quedarse a conversar. El siguiente viernes continuó favorablemente con la evolución de los magos en Defensa Contra las Artes Oscuras. Raper pasó al frente y transformó un león en un peluche, lo cual causó mucha gracia a todos y Maxi transformó un temible dragón en una graciosa lagartija. Luego de eso todos estaban ansiosos por pasar, ya que se sentían muy confiados y también querían divertirse, sin embargo los profesores dijeron que era más seguro que pasaran dos por clase, por si ocurría algún desagradable imprevisto. El resto de la clase se la pasarían estudiando como lo hacían normalmente. Caía el mes de octubre y su primera semana, ese mismo viernes Anabella Liturineux, la chica que se había enojado con Wendy logró vencer un ratón gigante hasta convertirlo en una graciosa versión de una ardilla. Le llegó el momento a Jovanina Lidorsi, una chica que tenía rasgos orientales, el pelo corto y la piel excesivamente blanca, tal como la tenía Cecile Veretreux. A diferencia de todos ella al enfrentarse a sus miedos no lanzó ningún gesto ni se inmutó de su lugar. Simplemente batió su varita en el aire y se deshizo muy hábilmente de una avispa gigante.
Las semanas continuaban siendo iguales, Kevin ya estaba fastidiado de tantos deberes. Tenía ganas de escribirle una carta a Felipe Welintong para saber cuando podría recibir otro libro. Finalmente decidió escribirle, por que había recordado que en ese último tiempo no le había dado cariño a Ululú y esta se mostró ofendida algunos días, ignorándolo por completo, pero con el paso de los días volvió a ser tan juguetona y amigable como siempre. La respuesta de Felipe Welintong no se hizo esperar, en su pergamino exclamaba que algunos libros no se los podía entregar por que eran muy peligrosos y que en los siguientes días le llegaría otro libro. Más de una vez le escribió que debía tener paciencia y que todavía había algunos libros reservados para él, que le llegarían sin dudas apenas terminen de ser confiscados cuidadosamente. Un martes a la mañana comenzaron una nueva materia llamada Vuelo, dada por la misteriosa Madame Hooch, que tenía el pelo blanco, canoso, pero lo tenía muy bien peinado y vestía una túnica marrón muy elegante. Los guantes de color marrón claro combinaban con sus ojos que eran del mismo color, aunque algunos aseguraban que sus ojos eran amarillos, por su rara tonalidad en el color. La primera clase nadie pudo subirse y montar vuelo en la escoba, simplemente practicaron la convocatoria con las manos y diciendo “arriba”. Las escobas estaban tendidas en el piso y al convocarlas debían ir rápidamente a las manos, donde se habían colocado guantes por que muchas de las escobas estaban muy astilladas. Algunas escobas no fueron exactamente a las manos de quienes la llamaban, sino a frente, a la nariz, a la boca, a las costillas, a Sergio lo tuvieron que llevar dos veces a la enfermería, la primera por que había golpeado sus ojos y la segunda por que lo había golpeado en el abdomen dejándolo sin aire. Así fue como algunos le tenían terror a las escobas y otros muchísimo respeto. Pasaron dos clases hasta que alguien se animara a montar la escoba. Lo logró Justine Lurd y tambaleaba en el aire a un metro de altura. Vuelo se había convertido en la segunda materia que más temían aparte de Defensa Contra las Artes Oscuras. Las clases de pociones ya no eran tan desagradables, tras algunos experimentos había cobrado un interés muy especial y todos los alumnos se animaban a mezclar ingredientes y asumir el riesgo de que les explote encima. Slughorn seguía distinguiendo a Kevin entre los alumnos, a pesar de que no terminara primero las pociones las lograba concretar satisfactoriamente.
Los viernes continuaron sucediéndose muy tranquilos, uno de ellos pasaron a realizar su prueba Gerardo Ortiz, un muchacho con rostro serio y marcado por unas cicatrices en el cuello. Logró vencer sin problemas a un escorpión gigante, luego pasó su amigo Álvaro Dunnio, un chico que hacía resaltar su acento mexicano y su humor. Su nariz era puntiaguda y llevaba el pelo largo atado con una colita. Cuando se acercó a bogart, este tomó la forma de un cascarudo, pero pronto pudo vencerlo rápidamente y les sonreía a sus amigos y a algunas chicas que también lo felicitaban. Le llegó el turno a Jeremias Enarghio, un chico que en algunas cosas se parecía a Kevin, sobre todo en la manera de hablar, a pesar de que a Kevin o a sus amigos no le dirigía la palabra. Se enfrentó a un fantasma horrible, pero que rápidamente desapareció. Después pasó al frente Peter Atetreux, un francés muy engreído que miraba a todos desde abajo. Era el más alto de todos y según estimaban, medía más de dos metros. Finalmente ese día terminaron los diagnósticos de defensas contra las artes oscuras, con Mady. Quien tuvo que enfrentar a algo muy desagradable, la muerte de su familia. Luego de poder realizar el hechizo bien recibió 3 barras muy grandes de chocolate propinadas por Teddy Lupin. Ese mismo día tuvieron su primera prueba en Teoría mágica y sólo Mady y Anabella habían logrado aprobar satisfactoriamente. Por suerte tuvieron un recuperatorio y pudieron aprobarlo la semana siguiente. Para ese entonces ya sabían montarse en las escobas y volar algunos metros.
El sábado por la mañana tuvieron un examen en estudios muggles y todos confiaban en que les había ido bien. Kevin aprovechó el momento de tranquilidad, se acercó a Patrick y le dijo: -¿Podré hablar contigo luego?
Patrick, quien llevaba un traje gris, sonrió y asintió con simpatía y Kevin se quedó esperándolo afuera del salón. Al salir Patrick miró a los ojos a Kevin y le dijo con mucha ternura: -Estás creciendo muchacho.
Kevin le sonrió. -Están habiendo muchos exámenes y tenemos menos tiempo para jugar o para distraernos.
Patrick miró detrás del salón, todavía se encontraba Arthur Weasley. -Tienes razón, pero no te preocupes, ya tendrás más tiempo para jugar o para hacer lo que quieras, pero tendrás que ser paciente, aquí los estudios son muy exigentes aunque realmente valen la pena. Recuerda que Hogwarts les ha dado una oportunidad a ustedes.
Miró hacia el suelo. -Es verdad, tienes razón, lo siento.
Le palmeó un hombro. -¿Te trató bien Isabelle la vez que te trajo el libro?
Kevin lanzó una carcajada. -Me lo arrojó como si fuera una granada.
Patrick se tapó la boca con una mano. -Debí enseñarle modales, ya me las va a pagar…
Levantó una mano. -No te preocupes, al menos me ha traído el libro.
Cambió el tono de voz, lo miró nuevamente a los ojos y asintió con la cabeza. -Se que he estado un poco distante estas últimas semanas, pero debes saber que el trato que podamos tener afuera de Hogwarts, no es el mismo que el que tengamos cuando esté dando clases.
Levantó las cejas.
- Entiendo, es que simplemente, yo, extraño…- Dudó unos instantes. – Creo que extraño mi vida habitual, aunque no haya sido mejor, simplemente la extraño.-
Le puso una mano en el hombro. -Todos tus compañeros extrañan sus vidas habituales, de eso no cabe duda, sólo que lo manifiestan de otra manera. Pero creo que sienten lo mismo que tú.
Dio un suspiro largo y melancólico.
-Pero no ha todos les ha pasado lo que a mí…
Interrumpió. -Es verdad, pero no debes desalentarte. Tienes toda una vida por delante… - Hubo una larga pausa. - A propósito, luego del almuerzo nos vamos a Hogsmeade. No me vas a negar que te invite otra botella de cerveza de mantequilla, o quizás quieras probar otra bebida, mira que hay muchas…
El muchacho sonrío y se despidió de Patrick saludando y asintiendo con la cabeza. Esa tarde fueron a Hogsmeade y visitaron la tienda “las tres escobas”, donde los atendió la señora Rosmerta y les sirvió cerveza de mantequilla, luego compraron algunos deliciosos caramelos entre ellos más grajeas, que extrañaban comerlas y ranas de chocolate. Descubrieron el sabor y la variedad de los dulces de la tienda de Zonko. A los chicos que se les había terminado el dinero los tutores verificaron sus compras y les dieron más. Esa tarde había mucha más gente de lo normal, a veces se tornaba insoportable el bullicio de la gente. Cuando Kevin se fue a La cabeza de puerco, se sintió un poco aliviado de que allí hubiera tranquilidad. En una mesa estaban sentados Patrick, Cecile Veretreux y Rodolph Kirsakof, se acercó tímidamente mientras Patrick lo llamaba en un gesto con la mano. Se sentó en la mesa y escuchó la conversación que tenían.
-Así que bueno… los alumnos de Hufflepuff no han sido muy corteses con los muggles. Ni si quiera se han acercado para servirles algo.- Dijo en un suspiro Cecile Veretreux, mientras con las manos juntas jugaba con sus pulgares, miró a Kevin:
-¿No es así muchachito?
Kevin se sonrojó.- -Pues…
Patrick interrumpió con mucho humor. -No incomodes a Kevin, pobre.
La misma muchacha que lo había atendido la última vez trajo rápidamente una botella grande de cerveza de mantequilla y tres vasos. Lucía su túnica rosa y su pelo colorado era lo que más hacía resaltar su bello rostro. Sirvió en los tres vasos y se retiró sonriendo.
Rodolph Kirsakof dio su opinión.
-Creo que será mejor no decir nada a Mc Gonagal, simplemente llamarles la atención a los de Hufflepuff para que atiendan mejor a los adolescentes. Hay maneras y maneras de decir las cosas para que no se malinterpreten.
Patrick negó con la cabeza. -Ellos ya son magos y tienen su futuro tranquilo. Pueden brindarles contención a nuestros chicos sin necesidad de que se lo pidamos tantas veces. Son grandes ya, tienen todos 17, así que ya tienen mayoría de edad, como para andar diciéndoles mas de una vez lo que tienen que hacer.
-Si no tienen ganas, simplemente deben decirlo y veremos que haremos.- Concluyó. Hubo un largo instante de silencio en el que Patrick subió a la mesa una valija, la abrió y de allí sacó un libro. Se lo acercó a Kevin. -Lamentablemente Isabelle no quiso traerlo.
Lo recibió y leyó la tapa: Kennilworthy Whisp - Quidditch a través de los tiempos.
-Gracias, tengo una duda. ¿Ululú me puede traer libros?-
Patrick sonrió. -Todavía es muy pequeña, sería una carga demasiado pesada para una distancia tan grande. Pero no te preocupes, también se puede usar el correo. Por allí me llegó este libro, por la oficina de correros de Hogsmeade.
-Bueno muchas gracias. Se quedaron un rato charlando hasta que volvió a leer la tapa del libro. -¿Qué es el Quidditch?
Los tutores se rieron juntos.
-Lee el libro muchacho. Esta tarde lo sabrás por que hay un partido. ¿O acaso no has visto el revuelo que hay ahora mismo entre la gente de Hogwarts?
A la vuelta de Hogsmeade todos hablaban sobre el enfrentamiento de Slytherin contra Hufflepuff que abriría la primera fecha de la copa de las casas. Algunos cargaron caramelos y chocolate antes de irse.
La tarde era hermosa, el sol daba fuerte pero había un viendo frío. La cancha de Quidditch era la cosa más impresionante que habían visto los muggles, pero nadie se había animado a preguntar que se hacía ahí. Se acomodaron en las tribunas y se dejaron llevar por la hermosura del campo, observando con mucha curiosidad los tres aros que había a cada lado de la cancha. Las tribunas estaban llenas y se escuchaban canciones de aliento del sector donde había túnicas negras. Salieron los equipos volando a la cancha con un gran recibimiento de la gente, había papelitos y un gran estruendo que se confundía entre chispas con las varitas y fuegos artificiales.
El uniforme de los de Slytherin era todo negro con una serpiente en el medio de color verde fosforescente. Las túnicas de Hufflepuff eran color verde agua y unas rayas marrones en los costados.
Un chico de séptimo año relataba el partido a lo alto de una cabina. -Mi nombre es Fabricio Lombi y relataré para todos ustedes este año con el mayor de los respetos hacia todos los equipos rivales de mi casa.- Carraspeo y aclaró su voz. -Tras conseguir el titulo por cinco veces consecutivas el equipo de Slytherin forma con:
Ralian Turins de guardián, Jhon Luviwikc y Gervasio Perea de golpeadores, Santiago Di Marcus, Roddy Keane y Silvinho de cazadores y Scorpius Malfoy de buscador.
Grandes aplausos y algunos fuegos artificiales espectaculares salían de la tribuna, mientras en un costado el señor Filch exclamaba indignado: -¡Maditos muchachos! Han comprado Sortilegios Weasley y no se los he podido confiscar ¡Me las pagarán!- La señora Norris se escondió debajo de un banco muy asustada.
-Se presenta también el equipo de Hufflepuf que el año pasado casi consigue el título tras doce años de espera, pero que de seguro este año dará pelea nuevamente.- Dio una mirada de decepción hacia el piso, acomodó el micrófono y a su lado aparecieron algunos compañeros de Hufflepuf consolándolo con palmaditas en el hombro.
-El equipo forma con el joven Matias Álceda de guardián, los hermanos León y Luciana Venitez de golpeadores, Billy MC Jefferson, Victoria Ruiz y Ulises Firpho de cazadores y Anthony Lenoxz de buscador.
Se oyeron tibios aplausos de la tribuna de Hufflepuff.
Los jugadores de Slytherin formaron un círculo abrazándose.
-Recuerden que todos tenemos la nueva Nimbus Premium y que es la más rápida del mercado.- Exclamó Roddy Keane. Se oyó el pitazo de Madame Hooch, que era el árbitro del encuentro.
-Comienza el partido. Ahí tiene la Quafle Santiago Di Marcus, da un pase en largo para Scorpius Malfoy, que amaga a rematar, pero le da un pase nuevamente a Di Marcus. Quita en el fondo de la cancha Billy MC Jefferson, se va volando, supera la defensa ¡Y anota! Pero miren ¡Ohh! Lo ha golpeado violentamente una Bloodger y está descendiendo rápidamente. ¡Ay cielos¡Se acaba de caer de la escoba!
Los de Slytherin se reían a carcajadas. -¡Oye Billy!.¿Probaste el piso?.¿Que tal está?.¡Muerde el polvo sangre sucia!
El resto del equipo de Hufflepuff se abalanzó hacia Malfoy que apenas se percató de ello empezó a volar en zig-zag.
-¡No escapes cobarde! - Le gritaban.
Madame Hooch dio un pitazo y detuvo el partido por un momento. -¡Tú Malfoy! Si continúas insultando de esa manera te suspenderé 2 horas en el banco.
-Usted no puede hacer eso, eso no está en las reglas.
-Puedo hacer eso y mucho más, desde hace unos años las reglas se asemejan al criterio del árbitro y las puedo aplicar como lo desee. ¿Te atreves a desafiar la autoridad?
Scorpius se fue volando, disimulando que había visto la Snich para esquivar el desagradable episodio. Billy MC Jefferson continuaba tendido en el piso tomándose las costillas, lo cargaron en una camilla y se lo llevaron hacia la enfermería. En el banco de Hufflepuff no había suplentes, así que tuvieron que jugar con un jugador menos. El partido se dio vuelta rápidamente tras un vendaval de túnicas Negras, a los pocos minutos Slytherin estaba ganando 100 a 10. El relato de Fabricio continuaba siendo normal, a pesar de que viera perder a su casa tan escandalosamente.
-Allí la tiene Ulises Firpho y… ¡Anota su primer tanto! Sacan del medio, pero ¡Oh cielos! Ha robado nuevamente la pelota Ulises, dispara con la punta de su escoba en un excelente giro y… ¡Anota nuevamente!
Se escucharon varios aplausos y volvieron a sacar del medio. Scorpius se acercó, a Ulises acompañado por Roody Keane y en un perverso círculo lo atropellaron y luego Scorpius empujó de la escoba al pobre muchacho de Hufflepuff que aterrizó rodando varios metros y quedó tendido en el piso. La conmoción había dejado mudos a todos.
- ¡Tramposos! ¡Ruínes! ¡Cobardes!- Gritó Kevin y su voz resonó entre el gran silencio que había. Scorpius se dio vuelta, se acercó y sentenció con voz severa.
-¿A quien llamaste cobarde?- Kevin no contestó, mientras el muchacho rubio se acercaba amenazante. El resto de los muggles se hicieron a un lado muy rápidamente, sólo quedó Raper al lado de Kevin y con los ojos abiertos como platos.
-Eres un sucio estúpido, bueno para nada, ten cuidado a quien le levantas la voz, por que te podría salir muy caro.
Raper sacó su varita sin dudarlo, pero Kevin le hizo un gesto para que la guardara, aunque tenía su mano cerca del bolsillo. Se acercó Santiago y le dijo.
-Nunca hagas enfadar a un mago de Slytherin por que puedes lamentarlo ¡Asqueroso muggle!
Kevin metió la mano en el bolsillo, pero no sabía que hechizo hacer, miró para todos lados, algunos continuaban mirando como se retorcía de dolor Ulises. Scorpius le pegó en el hombro a Santiago.
-Deja Santiago, no te rebajes con un ser tan débil y sin magia.
Santiago le devolvió el golpe y le dijo: -Tienes razón, pero como quisiera aniquilarlo ahora mismo…
Scorpius le interrumpió. -Ahora mismo tenemos que continuar dándole una paliza a los inútiles de Hufflepuff. Aparte ¡Hay gente mirándonos! Ya tendremos tiempo para torturar a un par de muggles como en los viejos tiempos de los magos de Slytherin. ¡Vamos!
Antes de darse vuelta lanzaron un escupitajo muy grosero hacia donde estaba Kevin y Raper.
Los adolescentes no respondieron, sólo se limpiaron la cara con un pañuelo en silencio, pero con el rostro muy colorado. Mady, que presenció todo el hecho le dio una mirada de compasión a Kevin. El resto de los muggles no se volvió a acercar hasta el final del partido. En los minutos finales quedaban cuatro jugadores en el conjunto de Hufflepuff, pues Luciana Venitez tuvo que abandonar el campo por que se había descompuesto, los de Slytherin marcaron 70 tantos más y luego de una larga persecución Scorpius Malfoy atrapó la Snich dorada, que valía 150 puntos y terminó el juego, dejando como marcador final 320 a 30.
Bramó el estadio en silbidos e insultos hacia los jugadores de Slytherin, pero ignorándolos por completo fueron a festejar con su tribuna. Antes de la cena hubo algunos enfrentamientos a escondidas entre la gente de las 3 casas contra Slytherin, pero al no saber donde se encontraba su sala común terminaban perdiéndolos de vista.
Por la cena en la gran mesa de la sala común la directora Mc Gonagal intentó calmar las aguas.
-Felicito a la casa Slytherin por su triunfo, hay maneras y maneras de jugar y bueno, cada uno tiene su estrategia.- Hubo un abucheo notorio y se veían muchísimas caras resentidas. -¡Silencio! También quiero felicitar a los de Hufflepuf por su trabajo de cuidar a los muggles.
-Si claro, dijo Raper burlón.
Mady le puso una mirada severa y Raper bajó la voz.
-Felicitaciones Hufflepuf exclamó Maxi muy irónicamente,
El resto de la mesa de los muggles contenía la risa.
-¡Es mentira que nos cuidaron! Lo único digno que hicieron fue acompañarnos una sola vez hasta la sala común, eso es todo.- Expresó en voz alta Kevin, en el momento en que todo mundo había hecho un repentino silencio, su voz resonó en todo el comedor.
La directora MC Gonagal puso una mirada severa y preguntó con voz amargada.
-¿Eso es cierto?
Los muggles asintieron tímidamente y los de Hufflepuf no tuvieron más remedio que admitirlo.
-¡Pues bueno! ¿Con que esas tenemos? Luego hablaremos al respecto.- Se fue a sentar a la gran mesa compartiendo miradas cómplices con los profesores.
La mesa de Hufflepuf estaba llena de miradas de desconsuelo y otras de mucho odio hacia los muggles. Para ellos habían perdido más que un partido y ahora tenían todas sus falencias refregadas en la cara. Los muggles comieron en silencio y la mayoría se retiró cabizbaja.
En la sala común muggle Mady le recriminó.
-Ay Kevin, Kevin… ¿Cuando aprenderás a cerrar la boca?
-No se, no me puedo contener…
Wendy se enojó y le exclamó: -Quizás debas madurar
Kevin la señaló. -Y tal vez tú también.
-¡Basta!- Dijeron Eliana y Lina y Mady a la vez. Ambos muchachos dieron un suspiro y bajaron la mirada. Se sumaron a la protesta Raper, Maxi y Sergio y tras un rato de tensión se tranquilizaron.

(Fin del Capítulo 13)

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