Capítulo 11

Ululú, La Pequeña Lechuza II

Al día siguiente se levantaron tan tarde que era la hora de almorzar. A pesar de ser un día de descanso lo querían aprovechar para seguir jugando al ajedrez mágico. En el almuerzo organizaron un torneo, invitando no sólo a todos los muggles, sino a algunos magos, Lilly, Albus, James y dos nuevos amigos: Rose y Hugo, que eran amigos de los Potters. Así conocieron a los hijos de Ronald Weasley. A la tardecita terminaron el torneo y algunos todavía seguían jugando. El torneo lo había ganado una chica pelirroja llamada Justine Lurd, pequeña, con mirada perdida y muy tímida. No lograban sacarle un solo comentario. Conocieron un poco a Luis Artetreux y a Álvaro Dunnio, dos presumidos que a pesar de sus nacionalidades distintas parecían hermanos y junto a ellos estaban Jeremías Enarghio y Gerardo Ortiz, que no emitieron una sola palabra en toda la tarde. Sólo miraban muy atentos a Kevin y a los demás mientras jugaban al ajedrez. Algunos se atrevieron a contar lo que les había pasado en su “transformación en mago”. Eliana terminó de contar lo del gran terremoto en España, Sergio se atrevió a contar que un rayo había matado a su mejor amigo, Lina contó que luego del terremoto había venido una gran inundación, un gran arroyo surgió desde la nada y se originaron dos nuevos ríos que tapaban casi toda la ciudad de Madrid. Raper y Maxi contaron su historia mientras Lilly y Hugo lo escuchaban muy atentamente. Kevin contó su historia y otras cosas que le habían pasado durante el viaje, en especial el encuentro con la serpiente gigante. Ululú volvió con un envoltorio en las garras, era un paquete de caramelos de limón, los favoritos de Kevin. Se los había mandado la abuela como muestra de agradecimiento y para que sepa que le llegó bien la carta. Repartió caramelos a sus amigos y Mady golpeó a Kevin en el hombro.
El muchacho se dio vuelta frunciendo el ceño, acercó la oreja para recibir un secreto. -¡Tengo una idea!.¿Por qué no le escribes a Alice pidiéndole la contraseña de El Quisquilloso?
-Pero no conozco su dirección…- Contestó en voz casi imperceptible.
-Yo la tengo anotada.
-Pues bien.
Asintió con la cabeza, sacó del bolsillo una pluma, mientras la chica le alcanzaba rápidamente un pedacito de pergamino y un potecito de tinta. Anotó rápidamente el pedido y se lo encomendó a Ululú que parecía muy complacida dando revoloteos de excitación.
A la hora de la cena Kevin estaba muy impaciente esperando la respuesta de Alice. La pequeña lechuza no llegaba y las miradas tensas con Mady aumentaban. Tomaron la pastilla violeta que les permitiría seguir hablando inglés.
-¡Tranquilo! Debe ser muy lejos, aparte tengo entendido que las lechuzas pequeñas son para cortas distancias.- Explicó Mady tras incomodarse en el postre de las continuas miradas de complicidad de Kevin.
-¿Quieres decir que Ululú no podrá entregar esa carta?.¿Qué he cometido un error en enviarla?.¿Qué si le pasa algo malo tal vez sea mi culpa? En todo caso será culpa de los dos… Aunque no se si tienes más responsabilidad que yo por que a ti se te ha ocurrido la idea…
Mady se levantó enojada de la mesa y se fue dando zancadas.
-Oye amigo para un poco ¿Qué manera es esa de tratar a una mujer?- Lo retó Raper, Maxi y Sergio también lo miraban esperando explicaciones.
Kevin bajó la mirada y se levantó lentamente. -Tendré que ir a pedirle disculpas.
Los chicos asintieron y continuaron comiendo un postre de chocolate muy apetecible.
El adolescente subió las escaleras de mármol, tropezando con varias de ellas. Apuró su paso y entró apuntando a la Sala Común Muggle, ante la mirada severa de Cir Cadogan.
-¿Tu has hecho llorar a la pequeña?- Él asintió tímidamente. -¡Pues deberías aprender modales para tratar a una dama!. Quiero que entres y hables como un caballero, de lo contrario en los próximos días no te dejaré pasar…
Entró a la sala común y se metió en la carpa naranja. Era igual a la carpa azul, sólo que con varios espejos y otras cosas. Se metió en un pequeño pasillo, como también había en su carpa y golpeó una puerta marrón clarito con pequeños toques.
-Adelante.- Dijo la voz casi quebrada de Mady, que a pesar de todo era muy tranquila y entendible. La chica estaba sentada con las manos tapándose la cara. Se sentó en la cama de al lado e intentó expresar:
- Yo… yo… lo siento… en verdad…- Hubo un gran silencio y tras un impulso volvió a hablar, pues se sentía más miserable a cada minuto. -Me he dejado llevar por los nervios y te he dicho algo feo, pero no yo no siento eso…- Mady quitó las manos de su rostro y le dio una profunda mirada. -Yo.. ehh… yo.. yo me he portado mal contigo.
Movió la cabeza de un lado a otro y observó en su mesita de luz una foto, que parecía ser de la madre.
-Me haría muy mal perder a alguien como vos por una tonta discusión. No me lo perdonaría…- Una sonrisa se iba dibujando en su rostro muy lentamente. Se acercó lentamente, estiró su brazo y le dio su mano a Kevin.
-Perdonado.
El muchacho sonrió ampliamente y propuso. -¿Vamos a esperar un rato a la lechuzería?
Se levantaron y se dirigieron a la salida de la sala común. Cir. Cadogan hizo graciosas piruetas con su caballo y gritó: -¡Estéis unidos!.¡Solo así venceréis!
Los chicos intentaron de contener la risa que les producía este personaje. -Así será.- Dijo en voz alta Kevin, mientras corría hacia las escaleras.
Mady parecía saber a donde iba, pero el muchacho todavía no conocía demasiado el castillo. Subieron al sexto piso y tomaron un pasillo que no habían tomado nunca. El pasillo desembocaba en una gran puerta que en ese momento estaba abierta, a lo lejos se observaba una casita que parecía ser la lechuzería, pues algunas lechuzas volaban alrededor. Se detuvieron de repente. En la parte de afuera de la puerta se veía una sombra, un sujeto con el pelo largo y un gato a su lado. Los chicos se miraron en gesto de comprensión.
-¡El celador!- Emitiendo esa palabra casi sin aire y sin sonido se fueron hasta la sala que daba a las escaleras. Silenciosamente se escondieron en dos estatuas de caballeros místicos que estaban a la izquierda de las escaleras. El viejo señor Filch lanzó miradas desconcertado, tomó las escaleras, la gata, tras dar algunos vistazos ronroneó y se fue. Salieron desde atrás de las estatuas y se dirigieron a paso apurado hacia el pasillo estrecho. Allí estaba la gran puerta que por suerte no tenía llave. La abrieron y contemplaron la inmensidad que había en el lugar. Era la terraza más grande que jamás se hubieran imaginado. Había estatuas, rejas que llevaban a pequeños corrales y pequeñas casitas. El lugar daba miedo, sólo se escuchaba el ulular de muchas lechuzas. El viento y la impresionante niebla que poco a poco se iba formando les puso la piel de gallina a los muchachos. Un revoloteó hizo que Mady contuviera un grito y que Kevin pegara un salto del susto. Los dos al mismo tiempo metieron la mano en el bolsillo y empuñaron su varita.
-Lumus
De la punta de sus varitas salió un haz de luz de color blanco. No hizo falta que se pusieran alerta, pues una pequeña figura con plumas había aterrizado en el hombro de Kevin y le acariciaba las mejillas con sus suaves plumas. Luego de sonreír y ponerse eufórico, bajo la mirada, hizo una gran reverencia y se disculpó a Mady.
-Lo siento.
-Ya te he perdonado. ¡Abre el pergamino!
Sacó de las patitas de la lechuza un pequeño pergamino. Este rezaba:

Querido Kevin:

Siento haberme tardado en contestarte pero he estado muy ocupada con los preparativos para esta semana. Verás, estamos estableciendo contactos con librerías y con los profesores para que no les falten libros y tengan un normal desarrollo durante estas clases. Ululú parecía estar muy impaciente, supongo que tú le insinuaste que se de prisa. Así que me apuré a escribir lo que me pediste:

Contraseña de hoy: “La verdad surgirá”
Recuerda que hay 4 ediciones Flash:
Matutino: 6 de la mañana.
Meridiano: 12 del mediodía.
Vespertino: 6 de la tarde
Nocturno: 12 de la noche.

Atención: la carta va a estar escrita en inglés, tendrán que buscar a alguien que sepa el hechizo Mutatum Lectum Spaniulus: Es un hechizo muy avanzado, que les permitirá traducir la carta al español. La contraseña la pueden escribir en cualquier idioma, pues lo traducen los editores del profeta sin problemas.
Junto al pergamino del flash viene un pequeño adhesivo con la contraseña de cada día. Pégala en algún cuaderno o donde quieras, pero no la pierdas. Son pequeñas frases célebres, humorísticas y pequeños chistes que se pueden coleccionar y que jamás levantarían sospechas para quiénes no son usuarios anónimos.
No olvides los dos Sickles.
Escríbeme cuando quieras, prometo responderte más rápido la próxima vez.
Con cariño.
Alice Spencer.

Pd: Por nuestra seguridad: por favor reduce a cenizas esta carta apenas termines de leerla. El Quisquilloso está restringido en Hogwarts para los menores de 17 años.

Se quedaron pensativos, Mady con un movimiento de su varita redujo a cenizas la carta. Kevin intentó apaciguarse y hablar lenta y serenamente. -Tendremos que ir a buscar algo para escribir y las monedas…- Hizo una pequeña pausa y tomó aire para continuar. -¿Qué pasa si el señor Filch o su gata nos descubren?
Mady no respondió, sólo sacó de su bolsillo un potecito de tinta, una pluma, un pedazo de pergamino y un par de monedas. Sonrío y aclaró: -Si nos descubren estaremos en graves problemas… supongo que haremos lo imposible por evitarlo.
Encomendaron un pequeño pergamino a Ululú que se fue volando muy rápidamente y desapareció en la niebla que continuaba extendiéndose. Kevin miró su reloj que marcaba las 11 menos cinco de la noche.
-Tendremos que volver pasadas las 12.
Fueron hasta la puerta, bajaron cuidadosamente las escaleras procurando no hacer ningún ruido. En esas escaleras se cruzaron a James Potter quien subía para ir a su sala común. Kevin habló enseguida. -¿No te molestaría que te pidamos un favor?
-Para nada ¿Que necesitan?
Mady se le adelantó a Kevin antes de que empezara a hablar. -Es una larga historia.
-Vengan conmigo a la sala común de Gryffindor entonces.
Cambiaron su rumbo y subieron hasta el séptimo piso, allí había un retrato de una señora gorda. James dijo la contraseña: -Rana de limón
El retrato se abrió y entraron a la sala más bella que jamás hubieran visto. Había sillones de color bordó, banderas con el escudo de un león. No había estudiantes, suponían que ya era tarde y que se fueron a dormir. Un gran bostezo de James corroboró la suposición. Kevin fue al grano:
-Veo que tienes mucho sueño y no queremos molestarte. Vamos a recibir a las doce una edición Flash de “El Quisquilloso” y queríamos saber si tú podrías traducirla al castellano, pero no, si es mucha molestia lo dejaremos para otro día.
-No hay problema. Puedo traducírselas esta noche si lo desean.
-¿Tu sabes hacer el hechizo Mutatum Lectum Spaniulus?
-Pues, no muy bien, es uno de los últimos hechizos que he aprendido. Y como todo hechizo nuevo tiene sus falencias…
Se quedaron jugando al ajedrez mágico hasta que el reloj marcó las doce.
-Los espero aquí, ya saben la nueva contraseña: Caramelo de barro.
James se acostó en uno de los sillones. Mady y Kevin salieron de la sala común y se dirigieron hacia el sexto piso. Tomaron el pasillo que llevaba a la lechuzería, pero se encontraron con una gran sorpresa. La señora Norris estaba custodiando en la puerta de entrada. Los vio, levantó las orejas y salió corriendo, seguramente en busca del señor Filch.
-¡Oh no! De seguro irá en busca del señor Filch.
-Tenemos que actuar rápido. Creo que debemos separarnos para despistar…
Propuso Kevin empezando a ponerse nervioso, se tambalearon un poco, pues no sabían a donde ir, la chica fue corriendo hacia la puerta que daba a las terrazas y a la lechuzeía y el muchacho se fue detrás de las armaduras que daban a las escaleras. El corazón le latía a gran velocidad y se había agitado. ¿Se habrían escondido bien¿Qué pasaría si descubrían a uno de los dos? De seguro serían duramente castigados, quizás expulsados del castillo… tras pensamientos comprometedores apareció la figura del señor Filch junto a la gata. Se lo veía enfurecido con los ojos bien abiertos y con una varita en la mano que le temblaba, esta alumbraba el lugar con una luz blanca, seguramente con el hechizo “lumus máxima”. Se acercó sin dudarlo hacia la estatua. Kevin recibió una puntada en el pecho y se resignó a la verdad inminente, se agachó y se sentó en canastita. Unos segundos antes de que el señor Filch pudiera corroborar que allí estaba se escuchó un golpe en la puerta inmensa que retumbó en todo el pasillo. Seguramente hecho por Mady tras observar el episodio. El viejo se alejó de la estatua y salió corriendo por el pasillo. Kevin se levantó y caminó el pasillo con paso firme, si lo descubrían ya no le importaba, sólo quería que no la descubrieran a Mady. Llegó hasta la puerta que estaba abierta y en sólo un instante descubrió que tenía a Ululú en su hombro, se la veía acurrocada, algo asustada, pero con su bello ulular que la caracterizaba. Pronto observó al señor Filch que regresaba muy enojado tirando insultos y maldiciones al aire. En un breve movimiento se escondió en una estatua de un perro gigante. Filch se fue hasta la puerta y la cerró violentamente poniéndole llave, Ululú revoloteó asustada y dando ululares cada vez más fuertes. Salió de atrás de la estatua y un grito le volvió a agitar el corazón.
-¡Ayuda!.¡Me voy a caer!
Corrió a toda velocidad en dirección a ese grito agudo. Al costado de la lechuzería había una estatua de un gran gato, de su cola había unas manos agarradas y que se patinaban lentamente. La estatua estaba colocada en la punta de la terraza, donde no había nada de donde agarrarse. Se acercó rápidamente, se subió al gato y tomó las manos que ya no aguantarían más. Se sostuvo fuertemente de la cabeza del gato con las piernas para no caer y la levantó poco a poco. Descansaron en el piso tras un gran esfuerzo, Ululú se posó en el hombro de Mady y le daba caricias con su plumaje.
-¿Cómo ha pasado?- Interrogó Kevin con suma tranquilidad.
-El señor Flich casi me descubre detrás del gato, me moví, tropezé y me caí. Menos mal que no grité en ese instante, pues prefería caerme a que me descubran…
-¡Madeline no digas eso!- Exclamó Kevin con behemencia.
-Sólo bromeaba.- Ella se ruborizó y dijo con voz sería. -Confiaba en que seguirías al señor Filch y cuando me caí estaba convencida de que me vendrías a rescatar…
Las mejillas de Kevin se sonrojaron y dio una mirada al piso sonriendo. -¿Cómo lo sabes?
Puso una mirada cómica pero desafiante. -Solo lo sé…
Kevin se encogió de hombros y no tenía palabras para seguir hablando.
-Vamos a traducir la carta ¿Quieres?
Se levantaron y se fueron corriendo hasta la puerta. Para sorpresa de Mady estaba cerrada con llave, el muchacho recordó que en efecto la había cerrado con llave el señor Filch.
-Hay un hechizo para abrir puertas, pero no lo sé hacer. Sólo lo he visto a Patrick hacerlo.
Se acercó y dijo con vos firme: -Inténtalo.
Se aclaró la voz, movió la varita con la muñeca y pronunció: -Alohomora
De la punta de la varita salió una luz de color violeta que dio de lleno en la puerta, rebotó y se disparó hacia el muchacho lanzándolo unos metros hacia atrás. Este cayó de espaldas al piso y dio una vuelta rodando. Con voz devil comentó: -Te dige, no se hacerlo.
Se quedó sentado en el piso descansando, mientras Ululú le revoloteaba alrededor.
Mady se acercó a la puerta y sin dudarlo agitó la varita: -Alohomora
De la punta de la varita salió una luz de color azul oscuro que se disparó como un rayo hacia la puerta, rebotó y se dirigió a Mady, esta fue arrojada unos metros hacia atrás, Kevin se levantó rápidamente y antes de que cayera al piso logró sostenerla y ayudarla a que no pierda el equilibrio al apoyar sus pies en el piso. Ella lo miró, se sonrrojó notablemente como nunca lo había hecho y le comentó burlona: -Bonitos zapatos.
Largaron una larga carcajada juntos y se levantaron nuevamente del piso. Sus vestimentas estaban sucias. Se sacudieron un poco la tierra y se enfrentaron nuevamente a la puerta. Mady propuso:
-A la cuenta de tres.- El muchacho asintió con la cabeza. -Uno, dos , tres.
-Alohomora
Pronunciaron al unísono. De sus varitas salió un rayo de color azul marino que se disparó como un hilo de agua en la puerta. Se escuchó un ruido agudo de cerraduras y llaves y la puerta se abrió. El rayo azul volvió a los dos adolescentes y los tumbó nuevamente al piso, pero con menos violencia que las veces anteriores. El muchacho hizo un bufido de bronca y la chica un suspiro de alivio. Entraron al pasillo con Ululú revoloteando alrededor de ellos y antes de que Kevin continuara Mady lo detuvo poniendole una mano en el hombro.
-Tenemos que cerrar la puerta con llave para no dejar evidencias.
-Si no hay más remedio…
Con cara de resignación se acercó a Mady, empuñó su varita y la agitó pronunciando al unísono: -Alohomora
De las puntas de las varitas salió un rayo azul que robotó en la puerta cubriéndola en su totalidad, se escucharon ruidos agudos metálicos y luego cesó el haz de luz. Los adolescentes se miraron uno al otro.
-Al parecer estamos perfeccionando el hechizo, pues no nos ha arrojado esta vez.
Mady sonrió ampliamente y asintió con la cabeza. Continuaron su paso tomando las escaleras, esta vez tenían una sensación extraña, a pesar de que las escaleras se movían y cambiaban de lugar como siempre, sentían una cofianza inusual. Llegaron hasta el retrato de la señora gorda y le dijeron la contraseña: -Caramelo de barro.
El retrato se abrió y allí estaba James profundamente dormido en los sillones.
-¡James! Perdona que te despertemos, aquí traemos el pergamino.-
James abrió los ojos, se desperezó y se acercó a una pequeña mesa junto a los otros dos. -¿Que les ha pasado que están cubiertos de tierra?
Los dos se ruborizaron, Kevin atinó a contestar. -Por culpa del hechizo Alohomora.
-¿Como dices?- Preguntó James desconcertado.
-Tratando de abrir una puerta con ese hechizo nos ha arrojado algunas veces.
-Ah, ahora entiendo, pues si, es así, hasta no lograr una buena concentración el hechizo se te vuelve en contra y este caso te desestabiliza… Pero no se preocupen, es hasta que lo tengan completamente dominado...
Ululú aterrizó en el hombro de Mady. -Bonita lechuza.¿Ha sido ella la que ha traído el pergamino?
-Así es.
-Tengo entendido que las lechuzas pequeñas son para cortas distancias, pero esta pequeña debe ser una de esas nuevas razas de lechuzas que son mucho más resistentes.
Se encogió de hombros contestando: -Me le ha regalado Patrick ayer.
Mady tomó a Ululú y se la dio a Kevin para que sacara el rollo de pergamino de su patita. Extentieron el pergamino en la mesa y miraron atentamente a James. Este puso sus manos en el bosillo sacando un pequeño estuche, lo abrió y se puso unas pequeñas gafas que había allí dentro. Metió la mano en el otro bolsillo sacando la varita mágica. Sin demoras movió su muñeca haciendo el hechizo:
-Mutatum Lectus Spaniulus.
De la punta de la varita salió un haz de luz de color rosa. Dio en el papel, y se extendió en el generando una capa de color rosa. El papel tenía en algunas partes párrafos y en otras códigos inentendibles y desparejos. James luego de observar el papel se sonrojó.
-El hechizo no ha salido bien.
-¿No puedes realizarlo de nuevo?
-No, las partes que se traducieron mal se han perdido, por eso nos hacían practicar con borradores este hechizo. Oh… Disculpenmé.
-No te preocupes, leeremos lo que se pueda leer.
Dijo Mady con vos firme y se puso a leer:

Domingo 5 de septiembre de 2023

El Quisquilloso Flash

Aquí una nueva edición de el "quisquilloso flash": Una versión compacta de las noticias más importantes del mundo mágico. 2903580980934& (/(”··&(/)(/· 0942789954 09”&/&·”!”· &/(&/)) )(/&”·&/()weriubnudfiwpompù39 €¬·!”·”y por sólo un par de Sickles.
Título de este flash: Polklop y su sucesor ¿Un mago o un muggle?
(&/·)/(·&/(&)/()(&3409in3n49fn8934ng3nj490n023bh89t…
…Gente del ministerio de magia ha estado revisando alguno de los calabozos más importantes de Europa, Asia y America Latina, buscando algún caso raro, algún tipo de fuga en masa. Sin embargono ha habido novedades de algún tipo de odisea en las más importantes prisiones del mundo…
&(··”&(#€#€¬#€¬n894wn5gn5jg8943h89qh983489g9….
… Se sospecha que un muggle ha resucitado a Polklop, pero al no haber evidencias está mas cerca de una idea descabellada que de una hipótesis probable. ¿Un muggle resucitando a un mago? Y ¿Con que poderes lograría invocar a tan poderoso mago de la edad media?. Según Kingsley Shaklebolt, el ministro de magia, no se debe descartar ninguna hipótesis…
“·!”·&)/&wernuifsdopusdniog348f3409jgf093j489gnf894hjf89h·g348h9…
… los magos siempre tuvieron diferencias claras con los muggles y jamás se comprometerían en concretar algo por sus notables diferencias, costumbres, etc. Los muggles siempre han sido respetados, a pesar de no tener ningún poder concreto. Nunca se los consideró inutiles, aunque el pasado de los magos y de los muggles haya marcado una gran rivalidad y odio entre ambas partes. Los muggles siempre han maltratado a los magos, pero lo han hecho por mera envidia de no tener ningún poder y ningún vínculo con el mundo mágico, han torturado a brujas, brujos y toda criatura mágica que se le ha aparecido, pero no lo han hecho por maldad, sino por simple curiosidad…
…&(&/·/&(&)/&)/&(&(/·”·&/&))
… sin duda Polklop será mago…(&/... de todos modos mago, muggle, o lo que sea habrá que continuar investigando…
Les mantendremos informados.
Los saluda El Quisquilloso, que siempre estará cuando usted lo necesite. Que tenga buenas noches.

Nota final: al terminar de leer este flash por favor tóquelo con la varita. Es una norma para conservar el secreto de los usuarios anónimos. Muchas Gracias.

Kevin sacó un adhesivo coloreado y bonito que estaba pegado en la parte de atrás, este decía:
“No hay mal que por bien no venga”
Seguramente era la contraseña del dia siguiente. Kevin levantó la mirada hacia James.
-No te preocupes, hemos leído suficiente.
Se acercaron a la salida, detrás del retrato.
-De acuerdo, entonces buenas noches.
-Buenas noches.
Sigilosamente bajaron las escaleras y llegaron hasta el retrato de Cir. Cadogan. Se tomaron la cabeza con las manos y recordaron que no habían anotado la contraseña del siguiente día. El caballero dormía a un costado del caballo que estaba hechado en el piso.
-¿Y ahora que haremos?- Preguntó Mady con voz silenciosa pero preocupada. Kevin miró a ambos lados, y observó debajo del retrato que sobresalía un pequeño papel colgado. Se acercó rápidamente, este pequeño papel estaba pegado con cinta. Lo quitó cuidadosamente y leyó lo que había en él escrito con letra muy pequeña:
Raper dice que los pueblos y su rebelión lograrán la revolución a Kevin y Mady.
Kevin sonrió y dijo en voz alta: -Oye amigo¿Podrás dejarnos pasar?
El caballero se sobresaltó y empezó a gritar: -¿Quién es el malandrin que osa entrar a estas horas de la noche?.¿Acaso quieren jugarme una emboscada?.¡Pues no lo lograrán!.¡En guardia cobardes!- Dio una mirada de asombro y paró de gritar: -Ah, eran ustedes muchachitos.
-Disculpa que te llamemos a estas horas. ¿Podrás dejarnos entrar?
-Si me dicen la contraseña tal vez.
-Los pueblos y su rebelión lograrán la revolución.
El caballero asintió, pero no abrió la puerta. -¿Te ha tratado cortesmente como un caballero?- Mirando a Mady y señalando a Kevin.
-Oh si, se ha comportado muy bien, como un caballero. Gracias.
Cir. Cadogan asintío y abrió la puerta. -Buenas noches.
-Buenas noches.
Entraron a la sala común muggle y observaron a Raper y a Maxi dormidos en las mesas. Los despertaron y estos se levantaron desperezándose.
-Gracias por lo de la contraseña, sin ella no hubiera podido entrar.
-Por nada amigo, en realidad fue idea de Maxi.
Maxi asintió con la cabeza. -Sabía que estaban metidos en algo, pero en vez de entrometerme quise ayudarlos. Veo que funcionó…
Kevin le estrechó la mano a Maxi y le dijo: -Bien amigo, te mereces que te contemos…
Se quedaron hablando un largo rato, leyeron la carta dos veces más y la redujeron a cenizas. Después se quedaron hablando un rato más y se fueron a dormir.

(Fin del Capítulo 11)

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