-Bueno pues, espero que nos escribas pronto para ver como andas en Hogwarts.- Dijo Oscar.
-Seguramente, espero que lleguen las cartas desde allí.- Pensó en voz alta Kevin.
-Ya te enterarás como se usa el correo allá.- Agregó Patrick con voz misteriosa.
-Cuídalo mucho.- Exclamó Rosa.
-Por supuesto que lo haré.- Al terminar las últimas charlas Kevin tomó el equipaje, se despidió de sus abuelos y salió del departamento.
La tormenta había empezado, el viento azotaba la cara y los rayos aparecían de manera siniestra. Mientras caminaban Kevin paseaba su equipaje que debajo tenía unas pequeñas ruedas.
-Tendría que haber pedido un paraguas…
-No hará falta.- Interrumpió Patrick.
-¿Como iremos hacia Londres? Primero tomaremos un colectivo, un taxi, algo que nos lleve al aeropuerto quizás…
-Ya verás como, mientras tanto te pediré por favor que no me hagas más preguntas. Se que tienes muchas al respecto, pero te las contestaré a su debido tiempo. Ten paciencia por favor y apura la marcha, de lo contrario llegaremos muy tarde y mañana no te podrás levantar temprano.- Advirtió.
Casi corriendo recorrieron la calle, las luces titilaban débilmente y la calle se iba oscureciendo de a poco. Doblaron hacia la derecha, para el lado mas oscuro, una calle que daba hacia la nada con apenas un par de casas. A medida que iban avanzando la calle se hacia mucho mas oscura.
-Hace mucho tiempo que no paso por este lugar, pero según recuerdo venía con mis amigos a jugar a las escondidas y a asustar a otros. Estos terrenos estaban abandonados hacía ya muchos años y asustábamos a nuestros amigos diciendo que aquí había fantasmas ¿Qué venimos a buscar aquí?
-Veo que conoces este lugar, aunque no tanto como crees. ¡Andando!
Continuaron varios metros, dejaron atrás a dos casas y llegaron hasta la tercera. La lluvia empezaba a caer torrencialmente. Kevin tenía que levantar a veces el carrito del equipaje esquivando grandes extensiones de barro. Se detuvieron y se acercaron a la puerta. Esta casa era la mas pequeña, su patio estaba lleno de yuyos altos, era la casa mas destruida de las tres que había en el lugar. Su aspecto era solitario, triste y con la tormenta se tornaba demasiado oscuro. Al otro lado de la casa comenzaba un pequeño terreno que se tornaba peligroso. Las ventanas estaban cerradas, las persianas también, no había ni una sola abertura. Debajo de las ventanas había enredaderas con espinas y en el suelo un barro muy espeso. Se quedaron quietos un instante en el umbral de la puerta y Kevin miraba muy curiosamente esperando una respuesta que no llegaba de momento. Luego de unos minutos extremadamente inquietantes Patrick miró a ambos lados, sacó de su bolsillo una larga y delgada vara y miró a Kevin con una tensa atención.
-Esto es una varita mágica.- Dijo con una voz apenas perceptible. Kevin no emitió palabra. -Ahora aléjate un poco por favor.
Se hizo a un lado y miró con mucha expectativa lo que iba a hacer Patrick, como si fuera un espectáculo. El hombre movió la varita con la muñeca, ésta sacó un destello de color azul que rebotó en la puerta y se vino encima de él. Al chocar se hizo otro destello que lo arrojó contra el suelo. Kevin saliendo de su asombro, se acercó y se agachó para ayudarlo a levantarse. -¿Que ha ocurrido? ¿Está usted bien?
-Si, no te preocupes, no fue nada. Y ya te dije que podías tutearme…- Volvió a empuñar la varita, hizo otro pequeño movimiento con la muñeca y exclamó: -Alohomora.- Una vez más otro rayo de luz azul salió de la varita, impactó en la puerta, rebotó y en un destello se vino en contra de Patrick y lo impulsó hacia el suelo nuevamente. Kevin estaba a punto de reírse de lo gracioso que era a ese hombre misterioso y finalmente soltó una carcajada contenida.
-Perdón ¿Qué está intentando? ¿Abrir la puerta? ¿No sería mejor con una llave?
-Definitivamente si, pero esta puerta sólo puede ser abierta con el hechizo de una varita. Y esta varita de algarrobo y nervios de corazón de dragón me ha hecho quedar en ridículo. En realidad esta varita no es mía, la he encontrado mientras iba de camino a tu casa. Quería ponerla a prueba, pero al parecer no es compatible conmigo….
-¿Corazón de dragón? ¿Acaso existen los dragones?- Interrogó en tono incrédulo.
-¡Por supuesto que existen!- Kevin abrió los ojos tanto que parecían dos platos- En el mundo mágico vas a conocer a las criaturas más maravillosas que nunca te hayas imaginado, pero no voy a decirte más… o creerán después que quiero el puesto de criaturas mágicas en el ministerio.
-Increíble.- Soltó en un suspiro.
-Bueno, el tiempo es valioso y lo estamos perdiendo.- Patrick se repuso, metió la varita en el bolsillo y del mismo bolsillo sacó otra. Esta era notoriamente mas larga, la agitó con un leve movimiento de la muñeca y desde la punta de la varita salieron varias chispas rojas. Kevin saltó del susto, pero le fascinó ver esos colores. -Muy graciosa. ¡Ahora vas a hacer lo que te ordene o de lo contrario vas a terminar en la próxima fogata!- Le habló a la varita; volvió a agitarla, esta vez salió un rayo violeta desde la punta y dio en la puerta., se adhirió a la superficie, se oyó un sonido agudo, como de una cerradura y la puerta se abrió de par en par. Y curiosamente apareció una espesa cortina de un color marrón muy oscuro. Kevin miró extasiado el momento en que se abría la puerta.
-¿Por que antes dijiste “alojas moras”? ¿Que significa eso?- Preguntó llevado por una gran inquietud.
-Alohomora- Corrigió, es un hechizo que se pronuncia para abrir muchas puertas cerradas con llaves y encantadas también.
-Pero la última vez no lo has pronunciado…
-También se puede pronunciar mentalmente- Explicó el mago- Pero eso ya es magia avanzada.- Kevin sintió que Patrick estaba presumiendo y en un paso quiso entrar a la casa. -¡Detente!- Exclamó Patrick, pero ya era demasiado tarde, Kevin tocó las espesas cortinas queriendo correrlas, las cortinas se enredaron en su cuello, lo sacudieron violentamente de un lado a otro y lo arrojaron con fuerza hacia afuera. Estuvo unos segundos en el aire y cayó en el barro. La puerta misteriosamente se movió de manera muy rápida y se cerró. Incluso se escuchó un traqueteo que indicaba que la puerta se volvió a cerrar con llave.- Quería prevenir eso… tienes que buscar el lado correcto de la cortina y decir una contraseña.- Patrick ayudó a levantar a Kevin -Las cortinas también están encantadas.
-Creo haberlo notado…- Expresó en tono de resignación. Mientras Kevin se limpiaba el barro de los codos y de la cintura Patrick se armó de paciencia, volvió a agitar su varita, la puerta se abrió y volvieron a aparecer esas cortinas.
-No te acerques hasta que yo te diga…- Se acercó a las cortinas, se agachó y en cuclillas agarró con mucho cuidado uno de los tantos hilos gruesos que colgaban debajo de la cortina. Tiró de él hacia abajo y luego lo subió hacia arriba y se lo llevó muy cerca de la boca: -“Serpiente del lago, patito de hule, aquí entrará un mago y jamás un muggle”.- Recitó en voz muy baja para luego soltar el hilo de la cortina y esperar unos segundos.- No memorices esta contraseña, cambia todos los días.- Dobló la cabeza hacia Kevin, la cortina se corrió a un lado achicharrándose.- En marcha.- Entraron a la casa, Kevin caminaba temeroso mientras observaba a lo amplio toda la casa, a la vez que entraba su equipaje. Patrick cerró la puerta y se alejó, la cortina lentamente se empezó a correr, hasta quedar totalmente encogida. -Por nada del mundo te acerques a la cortina.- Le advirtió, señalándolo con el dedo índice.
-Te agradezco, pero no me apetece que me vuelva a revolear…- Patrick sacó desde la nada una carcajada estridente.- Kevin pudo notar que era una casa pequeña, tenía algunas sillas cubiertas de unas telas blancas y atestadas de tierra. Al lado había una gran mesa con una maceta arriba y una curiosa planta con muchas ramas secas por fuera y florecidas por dentro. A un costado había una pared que daba a la cocina y otra que daba seguramente al baño. En la misma sala de estar, había dos camas cuchetas y en el centro una gran chimenea, antes de que Patrick hablara Kevin se le adelantó: -¿Pasaremos la noche aquí?
-No, por favor siéntate.- Kevin agarró una silla que tenia cerca y se sentó expectante. -Esa chimenea que tienes en frente no es cualquier chimenea, nos va a servir como un transporte para llegar al Callejón Diagon en Londres. A través de la denominada Red Flu.
-¿Hay chimeneas que nos lleven a otros países?- Preguntó asombrado.
-Si están en la red Flu, si.
-¿Que es la red Flu?
-Una red internacional, es uno de los transportes mágicos que hay.
-¿Y esa chimenea...?
-Está conectada a una red Flu especial, sólo nos llevará hacia un lugar.
-¿Y que tan lejos está la chimenea que va a Londres?
-Tendremos que cruzar otras 5 chimeneas.
-¿Y por que no vamos directamente desde esta chimenea? Sigo sin entender. Patrick hizo un gesto de impaciencia, metió las manos en sus bolsillos, sacó un gran papel doblado y se lo dio a Kevin, que empezó a leer:
Escándalo Muggle pone en peligro el Secreto de los Brujos:
Hoy Miércoles 1º de Septiembre del 2023 acaba de suceder el escándalo más grande que ha habido en el ministerio de magia en décadas. Un muchacho llamado Michael Iverovich, cursante del 5º año de Hogwarts de magia y hechicería se dirigió por polvos flu hacia el Callejón Diagon desde la chimenea de su domicilio. Pero lo hizo en presencia de un vecino muggle que lo espió desde la ventana y por la curiosidad logró meterse en la chimenea y viajar hasta el mismísimo Callejón Diagon, hablar con brujos y hasta cruzar palabras con muchas personas en el Caldero Chorreante. Luego de tal suceso el muggle llamado David Neira volvió por polvos flu hacia la chimenea de su vecino y esparció la noticia por todo el barrio de Little Challenger, habló con muchísimos muggles en la ciudad de New Castle. Un miembro del Ministerio de magia, Charles Van Onevov se encargó de localizar al individuo, borrarle la memoria y quitarle el polvo Flu que aun tenia escondido. Sin embargo este muggle les había contado el secreto a varios de sus amigos e incluso había repartido polvos flu a todos ellos. Lo cual produjo un escándalo a grandes medidas y que todavía continúa esparciéndose.
Le han borrado la memoria a 30 personas aproximadamente pero no se descarta que otras 5 todavía conozcan el secreto y se las está buscando exhaustivamente, mediante preguntas que siembren sospecha. Pero no, eso no alcanza. Comparan tal escándalo con el regreso de Lord Voldemort, que generó un estallido en la sociedad mágica en el año 1996 y repartió preocupaciones en todo el mundo.
El ministro de magia Kingsley Shacklebolt está por cumplir 62 años y casi 25 años en el cargo y parece no encontrar una solución. Parece ya no estar a la altura de las circunstancias y se lo está cuestionando duramente. Algunas fuentes dicen que debe estar bajo la imperdonable maldición Imperius, pero hasta que no haya pruebas no se confirmará. El profeta está haciendo varias averiguaciones y ha tratado de entrevistar al Ministro de magia, sin embargo el mismo no accedió. Creemos que su accionar es cada vez mas extraño y los mantendremos informados de lo que suceda.
Informó para ustedes: Layla Skeeter.
Hoy Miércoles 1º de Septiembre del 2023 acaba de suceder el escándalo más grande que ha habido en el ministerio de magia en décadas. Un muchacho llamado Michael Iverovich, cursante del 5º año de Hogwarts de magia y hechicería se dirigió por polvos flu hacia el Callejón Diagon desde la chimenea de su domicilio. Pero lo hizo en presencia de un vecino muggle que lo espió desde la ventana y por la curiosidad logró meterse en la chimenea y viajar hasta el mismísimo Callejón Diagon, hablar con brujos y hasta cruzar palabras con muchas personas en el Caldero Chorreante. Luego de tal suceso el muggle llamado David Neira volvió por polvos flu hacia la chimenea de su vecino y esparció la noticia por todo el barrio de Little Challenger, habló con muchísimos muggles en la ciudad de New Castle. Un miembro del Ministerio de magia, Charles Van Onevov se encargó de localizar al individuo, borrarle la memoria y quitarle el polvo Flu que aun tenia escondido. Sin embargo este muggle les había contado el secreto a varios de sus amigos e incluso había repartido polvos flu a todos ellos. Lo cual produjo un escándalo a grandes medidas y que todavía continúa esparciéndose.
Le han borrado la memoria a 30 personas aproximadamente pero no se descarta que otras 5 todavía conozcan el secreto y se las está buscando exhaustivamente, mediante preguntas que siembren sospecha. Pero no, eso no alcanza. Comparan tal escándalo con el regreso de Lord Voldemort, que generó un estallido en la sociedad mágica en el año 1996 y repartió preocupaciones en todo el mundo.
El ministro de magia Kingsley Shacklebolt está por cumplir 62 años y casi 25 años en el cargo y parece no encontrar una solución. Parece ya no estar a la altura de las circunstancias y se lo está cuestionando duramente. Algunas fuentes dicen que debe estar bajo la imperdonable maldición Imperius, pero hasta que no haya pruebas no se confirmará. El profeta está haciendo varias averiguaciones y ha tratado de entrevistar al Ministro de magia, sin embargo el mismo no accedió. Creemos que su accionar es cada vez mas extraño y los mantendremos informados de lo que suceda.
Informó para ustedes: Layla Skeeter.
-¿Como se viaja por la red Flu?
-Pronto verás, pero hay algo más que debes saber. Al estar las chimeneas atascadas sólo nos van a llevar a un lugar, a una casa, allí estará la siguiente chimenea y así viajaremos por cinco chimeneas dobles.
-¿Por que tanto lío?- Preguntó soltando una carcajada.
- Por que en trasporte muggle nos llevaría siglos encontrar la casa del Viejo Felipe. Esta escondida, todo el tiempo la cambia de lugar.
-¿Una casa que cambia de lugar?
-No, él se cambia de casa y conecta la red Flu allí. Tiene dos chimeneas. Una para uso nacional y otra para uso internacional, y en este momento es la única habilitada por el ministerio de magia de Argentina para ir hasta Inglaterra.
(Fin del Capítulo 2)
http://rapidshare.com/files/264965291/002_-_Las_Cinco_Chimeneas_Dobles_-_07-08-2009.rar.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario